Los rompecorazones (Serie de TV) (1994)

Telenovela australiana de adolescentes totalmente desenfadada y, en algunos casos sinvergüenza pero sin caer en la grosería y el insulto.

Narraba la rebeldía inocente y los problemas de estos surpervivientes del asfalto australiano con simplicidad y sin pretensiones. El noveleo folletinesco de amoríos estaba muy bien hecho.

Mejoró temporada tras temporada.

Lo mejor: Las historias de amoríos, entretenidas como se pretendía.
Lo peor: Las primeras temporadas (no muy definidas). Actores demasiado mayores para aparentar ser adolescentes.

Era 1994 y yo todavía una enana pre-adolescente a la que ya le empezaban a gustar este tipo de series o –llamémoslo por su nombre- telenovela Australiana. La estoy re visionando en Netflix y me parece tan increíble recordar cada episodio de los casi 40 que tiene cada temporada y sin embargo no acordarme de lo que vi hace un mes…supongo que al final es cierto –y me pongo en modo siglo XIX- que recordamos los buenos momentos, ni siquiera los días felices, sino sólo esos instantes. Yo, con diez/once años era muy, pero que muy feliz, y aunque los protas eran mayores que yo, ya me tenían enamoriscada. Tengo que confesaros que a pesar de gustarme desde el primer episodio, después de ver la primera temporada me pasé a la quinta –guiño, guiño- donde aparecen, por fin, los hermanos Scheppers, y Drazic, que nos tendrían locas durante un par de veranitos. Por otro lado, hay que reconocer que sin Katerina y su especial carácter, esto no sería lo mismo.

La serie o la telenovela es un tanto caótica, pero os diría que eso es parte de su encanto. Con Bordino (Salvatore Coco) y Nick Pouolos (Alex Dimitriades) tendríamos a los más populares en las primeras etapas. El papel de Abi Tucher como Jodie nunca me convenció. En general mejora con el tiempo todo. El paso de unos protagonistas a otros es un tanto abrupto y me recuerdan a una amiga que aparece y desaparece así, a lo loco, sin sentido, un día está y al otro te ha dicho «hasta luego, que me voy de la ciudad». Vemos a muchos actores, todos representando papeles completamente opuestos, muchos problemas –quizás demasiados-, nos habla de la pobreza, del maltrato, problemas con la comida, el peso, los estudios, la inmigración, el trabajo, vamos, un popurrí, que en el fondo, nos enseña a no discriminar y a ver de forma natural a muchos tipos de personas, con miles de problemas y recuerdo que siempre terminábamos aprendiendo que en grupo y unidos se solucionaban mejor las dificultades. La aparición de Katerina (Ada Nicodemou, El Conejo al que hay que seguir en Matrix) es de lo mejor y de hecho ahora me siento más Katerina que Anita. Anita Scheppers (Lara Cox), con la que en su día me sentía mucho más identificada, no sólo físicamente, sino por lo pava que es –parecida a mí en mi adolescencia y de más mayor- también mejoró la calidad de la ficción televisiva. Ahora Katerina es muy yo, creo que me he vuelto igual de gritona y loquita que ella. Luego llegaron Drazic (Callan Mulvey) y Ryan Scheppers (Rel Hunt) y eso es la bomba de los chicos y chicas guapos y populares. Es en este momento, a partir de la quinta, cuando mejora todo muchísimo y ya los conflictos son más cercanos (reconozco que los del principio me quedaban muy muy lejos). A ver, es una barbaridad que tantos chicos de instituto con 17 años estén trabajando y viviendo solos, aquí eso no es lo normal (allí pues no lo sé).

En resumen, no he llegado a la sexta, que es cuando aparece Kurt y alguno más, pero, jo, reconozco que me quedo enganchada todas las noches viendo uno o dos episodios, en un inglés incomprensible, porque Netflix no los ha puesto en castellano (lo que me parece fatal porque se les entiende muy mal). Así que me dedico un poco a leer subtítulos e intentar seguir los temas. Esto lo escribo porque hay series como Skins que se entienden muy bien.

La recomiendo entera si sois novatos y os gustan los dramas de instituto. Aquí pone que sigue la línea de Sensación de Vivir o Melrose Place, pero ya os digo que no. A pesar de la baja calidad del principio estoy mucho más enganchada a Los Rompecorazones que a Sensación de Vivir, que reconozco no vi ni la mitad. Y con Melrose Place no tiene absolutamente nada que ver (y esta la vi entera).

Remember noventero.