Juego de Luna (2001)

"Juego de Luna" fue el segundo y último intento de la directora madrileña, utilizando a Ana Torrent en un gran papel como principal reclamo del film, no consigue completar una partida de póker con un toque made in Spain.

Teniendo en cuenta lo que se nos ofrece desde un principio: una historia de lo más convencional y el truco de poner como heroína jugadora a una mujer, no es un producto del todo desechable pese a las grandes carencias que tiene. Con un guión aceptable y una dirección mediocre logra entretener al espectador sumiéndolo en un universo de timbas ilegales y matones al más puro estilo de los Miami. Se plantea la historia rápidamente, Luna, gran jugadora de cartas quiere batirse en duelo con el gran jugador, esta esperada partida hará avanzar a la historia por un sinfín de tramas inútiles que entorpecen el irregular ritmo de la película.

Laguna se atreve poco y parece no haber visto una partida del juego rey en EE.UU en su vida, no por el acto en si, dirige de una forma monótona y me atrevería a decir que casi repetitiva cuando se trata de apostar los cuartos en la mesa. Torrent en un papel más que aceptable, despega las alas y logra quitarse en ocasiones en lastre que le acompañará durante toda su carrera -El espíritu de la colmena o Tesis-. Finalmente el guión concluye en un atropellado desenlace carente de estilo, ritmo y magia, que al fin y al cabo es lo que se ve en una pantalla de cine. A su favor tengo que decir que la historia es digerible y que haga recordar en algunos momentos a "El Rey del Juego" dice mucho de ella.

Por lo demás poco que añadir, fotografía al mismo rasero que los otros elementos del film, mediocres y sin llegar a la altura de una cinta con muchas expectativas. No es una película para poner los ojos en blanco pero tampoco nos dejará partidas memorables. Sinceramente he de decir que para ser española me sorprendió mucho, sin denostar a nuestro cine, se pueden hacer cosas mucho mejores solo que aún no lo sabemos.

Como gran seguidora, aficionada y jugadora de póker, me llamó la atención que ocho años atrás, éste fuera el tema de una película española dirigida por una mujer con una fémina, asimismo, de protagonista.

Dada mi especial relación con el cine español, hice de tripas corazón y me dispuse a verla. La peliculita en sí es un producto bastante simplón y muy mal llevado. Falta dinamismo, tensión, una historia mejor perfilada, menos ojitos, menos caras lacadas y más naturalidad.

No damos con la tecla. No sabemos captar la atención del espectador, creamos situaciones absurdas, de diálogos imposibles y caras melifluas. Y poco importa el argumento del engendro, porque siempre son las mismas nadas de siempre, el mismo regalo pero con el lazo de diferente color.

¿Cuántas oportunidades más hay que dar? El espectador está ya un poco harto de que el cine español vaya siempre de farol… a ver cuándo disfrutamos con una buena escalera de color.