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La faute à Voltaire (2000)

La faute à Voltaire
130 min.
6,6
221
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Sinopsis
Jallel es un inmigrante tunecino que llega a Francia buscando mejores condiciones de vida. Pronto conoce a otros que, como él, sueñan con encontrar allí la igualdad, libertad y fraternidad de la que habló Voltaire. Le espera una vida nueva con personas diversas, nuevas experiencias, alegrías y decepciones. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Inmigración Drama social Drama romántico Drama psicológico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
La faute à Voltaire (Poetical Refugee)
Duración
130 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2000: Festival de Venecia: premio a la mejor ópera prima
9
Comedia social con fondo amargo
Buscarse la vida, mentir a las autoridades si es necesario, correr, enamorarse y sufrir decepciones, encontrar alojamiento, buscar oportunidades…

Son gente marginal, viven en las lindes del sistema, intentando entrar, que no aprovecharse de las facilidades que promete un país. Los personajes emocionan, incluso los más perdidos, como Nassera (Aure Atika) y su hijo Kevin o la pobre Lucie (Elodie Bouchez), algo ciclotímica, frágil y ninfómana. Increíble Jallel, Sami Boujila, que busca una nueva vida…

En esta primera película, el actor Abdellatif Kechiche retrata este mundo de París, pero fuera del glamur de las grandes avenidas, con crudeza, realismo y ternura. Como en La vida de Adèle toma el tiempo de contar las cosas, dejar la vida pasar, dejar que el espectador se identifique con los personajes, tan cercanos que parece que los hemos cruzado por la calle.

Y como telón de fondo, las dificultades de inserción, el miedo a controles… No hay maniqueísmo (los franceses no son todos malos, los inmigrantes no todas víctimas desvalidas…), sino una mezcla, como la vida misma. Al fin y al cabo, Jallel es como todos nosotros, busca amor, cariño, sexo, dinero, un futuro…

Es cierto que la película pierde algo de fuelle y de dirección al cabo de hora y media (sobre 2h10 de duración), no sabemos si centrará en él, en la pareja, en el grupo, pero en el fondo, poco importa, pues ya estamos de lleno en la historia. Final abrupto.

Cine social, ligero como sus diálogos que fluyen; sustancioso como la realidad que describe. Emotivo, real, crudo. No aconsejable en momentos de bajón.
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
La arrebatadora pulsión vital, en un entorno de penuria social
Me hace llorar lo que logra conseguir Abdellatif Kechiche en este film. Este era el último film de este magnífico director pendiente de ver, y a la vez su ópera prima.

Un punto de partida, apoyado en los problemas a los que se enfrenta un inmigrante árabe tras su llegada a Francia, país que se arroga asimismo el emblema de la libertad, permite al director adentrarse en el interior de unos personajes que viven con dificultad la esperanza de una difícil acogida y regulación de su situación. Si bien las primeras secuencias presentan los derechos y cuidados que en primer término ofrece el país de acogida francés, pronto Abdellatif se distancia de esta problemática, para adentrarse en la intimidad de unos personajes sin destino ni arraigo social, pero con una enorme pulsión vital, que en cualquier caso pasa por encima de su complicada situación personal. De este modo el director nos habla de la honestidad, el amor, la bondad y la alegría que respira en su corazón y que les redime frente a su penuria.

Su estilo de realización combina la cámara en mano que transmite una sensación de realismo a veces casi documental, con primeros planos encuadrados para lograr penetrar en el personaje y transmitir emoción. Este estilo de realización suyo, sin ningún exceso en la producción, es único en la fuerza dramática y vital que es capaz de arrebatar a sus personajes. En este sentido la dirección de actores es exquisita logrando extraer en cada mirada, cada rostro, y cada expresión una extrema naturalidad, al mismo tiempo que un hondo retrato humano. Me sorprende siempre en sus films, cómo actores teóricamente desconocidos pueden llegar a dar tanta fuerza dramática a una escena. Espléndidos todos ellos en su naturalidad, su energía vital y su capacidad de transmitir emociones. Ya quisieran los directores americanos lograr ese resultado con sus "estudiados" actores de academia, sin desmerecer su indiscutible profesionalidad en un cine de conceptos de producción y realización diametralmente opuestos al cine francés.

Lo magnífico del film son todos los momentos y detalles que ofrece al espectador en la relación entre sus personajes; momentos de ternura, de pasión, de bondad mostrados con la crudeza de su entorno y condición , pero en todo caso arrebatadores en su capacidad de emocionar; momentos en los que a veces surge un brote humor, en algunos casos de tinte sencillo y cotidiano, y en otros cargado de cierta acritud, pero que sorprenden, hacen reír y emocionan al mismo tiempo. Abdellatif nos presenta de este modo, a unos personajes excluidos y limitados por su nivel social y cultural, pero como contrapunto capaces de mostrar una generosidad, un sentido de la amistad y una bondad excepcional en algunas situaciones.

El guión es espléndido en este sentido, aunque quizás su hilo conductor no sea lo debidamente compacto, ni en su desarrollo, ni en la historia de fondo. Pero es lo de menos. El resultado es mi opinión, una obra maestra, dentro de este estilo de cine.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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