The Girl on the Bridge (1951)

Hugo Hass fue un realizador checo de origen judío que emigró a EEUU en 1939 huyendo de los nazis, donde trabajó como actor y director en películas de bajo presupuesto. Famoso en su país de origen por su labor teatral y cinematográfica en Brno –su ciudad natal- y en Praga, su padre y su hermano, el conocido compositor Pavel Hass, murieron en Auschwitz.

Hass se sirve de un ejemplar guion de estructura circular de Charles Spaak para protagonizar esta original y más que interesante historia de serie B. El bondadoso Sr. Toman –perdió a su mujer y dos hijas en la guerra, “asesinados por los nazis”- acoge en su relojería a una joven madre soltera a punto de suicidarse que no puede encargarse de su hija mientras trabaja. Entre los dos se inicia un afecto y un pacto de convivencia que derivará de la compasión a la amistad y el amor boda mediante. Todo parece ir sobre ruedas hasta que un chantajista de pacotilla se inmiscuye en la calmada felicidad de la pareja.

Protagonizada por el propio Hass, actor principal en buena parte de sus películas y Beverly Michaels, una de sus actrices favoritas junto a Cleo Moore, cuenta con algunas escenas y elementos destacados –como la escena en la que ella le dice que está embarazada o las elipsis que expresan el paso del tiempo y el asentamiento de la relación. Es una película de ambiente opresivo y sombrío: para Hass no hay malos ni buenos sino circunstancias desfavorables que desembocan azarosamente en felicidad o tragedia. De tal modo, la película pasa del cine negro de serie B a convertirse en un drama de aires dostoyevskianos, centrado en la culpa y el remordimiento de un hombre fundamentalmente honrado y bondadoso expuesto a una situación que no es capaz de controlar. Muy atractiva.

Hugo Haas fue un actor, director y escritor de cine y teatro checo que tuvo que emigrar a Estados Unidos durante la ocupación nazi debido a su origen judío. Consiguió trabajo como actor en Hollywood, en papeles de villano principalmente, para posteriormente convertirse en productor y director independiente de películas de serie B. Se le conoció con el apodo de "el Ed Wood extranjero", aunque lo cierto es que su cine sólo tiene en común con Wood la precariedad de medios con los que trabajaban porque por lo demás sus obras resultan creativas y se caracterizan por describir atmósferas opresivas y dilemas morales.

"The Girl on the Bridge" es quizás la película que mejor define su etapa norteamericana como director en la que además es guionista y actor principal. A pesar de estar rodada con unos modestísimos medios -apenas tres escenarios de interiores y exteriores rodados en estudio-, la película tiene cierto encanto y plantea algunos de los temas que serán una constante en su cine: el sentimiento de culpa, la importancia de la redención, la superación de un pasado doloroso, las segundas oportunidades... En definitiva, "The Girl on the bridge" es un film modesto a reivindicar capaz de describir en su sobriedad una atmósfera intensa y angustiosa, extrayendo el máximo partido a esos planos casi estáticos caracterizados por la utilización de la profundidad de campo.