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Hasta siempre, hijo mío (2019)

Hasta siempre, hijo mío
180 min.
7,4
2.637
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Tráiler HD (ESPAÑOL)
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Sinopsis
Liyun y Yaojun, una pareja de obreros, intenta recuperarse de una devastadora tragedia familiar en los tumultuosos años entre 1980 y el siglo XXI. Constreñidos por la política nacional de hijo único, sus vidas se transforman gradualmente por el impacto de la cambiante identidad nacional en China. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Familia Años 70 Años 80 Años 90
Dirección
Reparto
Año / País:
/ China China
Título original:
Di jiu tian chang
Duración
180 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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Premios
2019: Festival de Berlín: Mejor actor y mejor actriz
8
Crítica de Hasta siempre, hijo mío por Cinemagavia
Puntuación: 8,5

*Una historia capaz de conmover

No son tantas las veces en que el cine logra hacernos testigos del discurso de la vida, de reflejar a través de la ficción una historia lo suficientemente grande como para hacernos sentir que se nos ha movido algo por dentro, en lo más profundo. So long, my son o como se ha traducido en España: Hasta siempre hijo mío, es una de esas pocas piezas que lo logra. Ciento ochenta y cinco minutos en los que el director nos traslada a China para contarnos la melancólica historia de un matrimonio durante el transcurso de treinta años.

Con una clara conciencia social, asistimos a tres décadas durante las cuales se sucede la dictadura comunista o la política del hijo único hasta un creciente consumismo desmedido. Una tragedia social y personal que se mueve en un entorno gris y pobre, la cruda realidad que les rodea y que además, consigue provocarnos la fascinación que nos provocan las distopias solo que en este caso no es ficción, los sucesos son reales por mucho que cueste creerlos.

*Sobriedad técnica a favor de los actores

Xiaoshuai opta por una sobriedad estética, con una fotografía realista y suaves movimientos de cámara de acompañamiento, para elaborar un discurso técnico que no quiere destacar sino centrar todo su apoyo en los actores. El resultado es una película narrada en tonos grises, casi asfixiantes, que destacan el paralelismo entre esa austeridad estética y emocional. Porque ante todo, Hasta siempre hijo mío, es una historia cargada de verdad, una dolorosa, íntima y personal que evidencia la gran habilidad narrativa del director chino a la hora de crear personajes.

El matrimonio protagonista que se mantiene unido a pesar de las miserias está encarnado a la perfección gracias a los actores Mei Yong y Wang Jingchun, que logran ponerse en la piel de todas esas parejas que sufrieron la represión reproductiva de la China comunista. Todo ello con la enorme dificultad de no explotar, de mantener esa sobriedad hasta el final, de tragarse las emociones y tirar para adelante. Un dolor que no se deja salir en sintonía al retrato de una China contenida por obligación, con personajes que no pueden bailar o llorar a su antojo, cargados de amor y dolor, luchadores por obligación.

*Fuerte apuesta por el melodrama narrado con sutileza

Aparecen grandes temas pues se nos habla de maternidades negadas, frustradas o secretas, de entierros y despedidas, del dolor de la marcha, de hijos que ya no están y todo ello con el agua siempre presente como símbolo de destrucción y vida, el agua que todo lo cubre y que siempre tienen cerca. Son estos eventos de gran intensidad dramática los que destacan por su calma, bien asistiendo a ellos desde lejos, con breves excepciones musicales, tan esporádicos que podrían pasar desapercibidos si no fuera porque son terriblemente conmovedores.

Escrito por Elena Ramos Nieves
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42 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El dolor por la pérdida de un ser querido
El director chino Wang Xiaoshuai, del que hasta la fecha únicamente había visto la notable "La bicicleta de Pekín ( 2001 )" pese a contar con una filmografía bastante extensa, ha logrado emocionarme con esta película, en donde nos muestra una historia familiar dramática contenida, sin necesidad de excesos, sino con una trama muy bien elaborada, que va jugando con los altos temporales sin necesidad de mostrarlos directamente, y que al finalizar de sus 3 horas de metraje que se pasan en un suspiro terminas de encajar las piezas de ese puzzle, y al mismo tiempo incide en la crítica contra el gobierno de su país y algunas políticas como las de la natalidad de un hijo por pareja o las diferencias de clases en la República popular de China que lleva muchas décadas sufriendo el poder del régimen comunista.

La película se presentó en el pasado festival de cine de Berlín, en donde fue una de las grandes triunfadoras del palmarés oficial, al ganar dos premios en las categorías interpretativas, los oso de plata para su pareja protagonista, Wang Jingchun y Mei Yong. Hace unos días se proyectó en el festival de San Sebastián, ya que formó parte de la prestigiosa sección Perlas del Zinemaldia 2019, siendo bien acogida por el público asistente al pase en el Victoria Eugenia teniendo en cuenta la puntuación alta para ser una película de larga duración y ritmo pausado.
La propuesta se inicia como una historia familiar convencional hasta que a los pocos minutos tiene lugar la situación clave y que marcará el resto del metraje, y a partir de ese momento el espectador va siguiendo la evolución de esos personajes y de la gente que les rodea, y al mismo tiempo se plantean nuevos enigmas, pero se van solucionando alguna de las dudas planteadas anteriormente.

La película podía haber terminado a las dos horas y hubiera estado bien, pero algunas subtramas hubieran quedado cojas y sin un posible final, y esa hora extra mejora todavía más lo anterior ya que, además de regalarnos dos o tres grandes momentos que quedarán en el recuerdo personal, una de ellas en un cementerio, la trama termina por cerrarse y lo hace con naturalidad y credibilidad, y sin necesidad de forzar las situaciones. Pero al mismo tiempo deja a la imaginación de los espectadores algunos detalles que se pueden interpretar de manera diferente, y que dan pie a un debate posterior. No puedo imaginarme esta película con menos metraje, y por lo tanto defiendo que sus 175 minutos es lo necesario, al igual que sucede con "An elephant sitting still ( 2018 )", otra joya del cine chino moderno, que se estrenó hace unos meses después de haberse estrenado en nuestro país en la 66ª edición del Zinemaldia.

La película tiene muchas cosas positivas, y necesitaría mucho tiempo para detallar cada uno de esos elementos que hacen de esta película una obra de arte del siglo XXI, comenzando por la dirección de Wang Xiaoshuai, que sabe mover la cámara de manera natural para mostrarnos unos planos perfectos de los personajes o seguirles en sus movimientos. La labor de montaje para poder cerrar las tramas es un magnífico trabajo de orfebrería que funciona bastante bien. El guion, escrito por el director en colaboración con la guionista Mei Ah ( Responsable entre otros del guion de "Amor bajo el espino blanco ( 2010 )" ), es perfecto y consigue contar mucho con pocos diálogos, aportando los elementos necesarios para que el espectador siga la trama sin necesidad de dárselo mascado. La dirección de fotografía de Kim Hyun-Seok es de calidad, ya que sabe jugar muy bien con los colores y en los momentos de oscuridad también nos ofrece unas imágenes de gran belleza.
No me quería olvidar del envejecimiento de los personajes, que es uno de los mejor logrados de los últimos años ya que, hace que sea creíble el paso del tiempo, y que reconozcamos a los personajes por ese gran trabajo de maquillaje y peluquería.

He dejado para el final el trabajo interpretativo de ese gran reparto, en donde destacan por encima del resto la pareja protagonista, Ai Liya en el papel de Li Aiyan y Du Jiang como Shen Hao, ya que ambos transmiten muchos sentimientos sin necesidad de gritos o llantos excesivos, sino con su presencia, mirada o algún gesto nos creemos su sufrimiento, y en algún caso también su momento alegre.
Una película que recomiendo a los que disfrutan con el cine de ritmo pausado de calidad, sobre todo en las historias dramáticas familiares con crítica social de fondo, aunque reconozco que no es fácil de recomendar porque muchos espectadores son reticentes a ver el cine asiático, salvo que sean películas de terror o acción, pero nos encontramos ante una de las películas asiáticas en donde es más fácil identificar a los personajes y por lo tanto no perdernos en la trama. Otro consejo es que si es posible se vea en v.o.s ( entiendo que no es posible en todas las ciudades ) para poder apreciar mejor los grandes trabajos interpretativos de los protagonistas.

LO MEJOR: El montaje, la dirección y la actuación de los dos protagonistas.
LO PEOR: Nos es fácil de recomendar a los que no estén acostumbrados al ritmo y manera de contar las historias del cine chino actual.

Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en: http://www.filmdreams.net
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27 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
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