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El valiente de Arizona (1935)

Sinopsis
Jake Mannen (Richard Dix) es enviado como sheriff a Silver City (Arizona), con la misión de imponer la ley y el orden. (FILMAFFINITY)
Género
Western Aventuras Romance Siglo XIX Música
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Arizonian
Duración
75 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
7
Agentes de la paz.
Ya no los advierte el locutor al comienzo. Atraídos por los metales preciosos, a las ciudades mineras no solo llegan buscadores sino también malhechores que imponen su ley. A veces protegidos bajo la chapa de sheriff. Surgen entonces los "Agentes de la paz", en realidad agentes de la justicia pues tratarán de imponerla aunque les cueste a menudo la vida.
Uno de estos agentes es Clay Tallant (Dix) que llega a Silver City (Arizona), ciudad que está controlada por el malvado sheriff Jake Mannen (Calhern) y sus secuaces.
A pesar de tratarse de una cinta poco conocida hay algunos elementos que la hacen muy singular. El principal, para nosotros, es que se trata de lo que podríamos llamar un "western teatral". Eso sí, tomando el término "teatral" no en el sentido de adjetivo sino en el de sustantivo. Dicho de otro modo, estamos ante un western donde el salón de teatro, "El Ruiseñor inglés", juega un papel notable. En su escenario, con las correspondientes candilejas bien alineadas, se representará por ejemplo una escena de "Hamlet", fantasma incluido, un simpático número cómico interpretado por dos negritos y, por supuesto, el plato fuerte que viene dado por las canciones que entona la estrella Kitty Rivers (Grahame), acompañada en el foso por una excelente orquesta. El hotel principal lleva el pomposo rótulo de "Opera House" y los domingos, además, hay "baile de rancheros" en el patio de butacas. Allí los hermanos Tallant, el citado Clay y el bondadoso Orin (Busch), competirán por las preferencias de la atractiva artista.
Novedad también es la disputa que se plantea entre dos poderes públicos, el del sheriff, que domina en el ámbito urbano donde tiene la oficina y la cárcel, imponiendo allí su voluntad Mannen, y el del marshall, que adoptará Clay, cuya autoridad se extiende a todo el condado pero no en la ciudad. Sobre este equilibrio deberá moverse Clay para ejercer de "agente de la paz".
Sin ser un tema original, el tratamiento del mismo en el guion se aparta bastante de los estereotipos. Un par de ejemplos, la inevitable pelea en el salón tiene lugar "a puerta cerrada", los espectadores asisten como "oyentes" y solo conocerán el desenlace al final de la misma. Algo parecido sucede con el tiroteo definitivo que se hace en medio de una densa humareda que impide toda visión.
Pese al escaso rodaje que tiene todavía entonces el cine sonoro, el sonido de la obra es más que aceptable, sobre todo en los números musicales. Interpretaciones correctas con algún exceso de gesticulación (Calhern). Buena ambientación de interiores, escasos paisajes y bastantes extras.
Las heridas por golpes o de bala se sustancian como es habitual: limpieza de la zona afectada, aplicar un antiséptico tipo tintura de yodo y aparatosos vendajes.
Lástima el escaso conocimiento que se tiene de este valiente arizonés, pues se trata de una buena película dirigida por el director de origen austrohúngaro Charles Vidor, cuyo nombre aparece al comienzo de los créditos como era entonces la costumbre.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Estimable western
Buen western, serio, seco, bronco y con sentido del humor también.
Sorprende un poco su frescura, imaginación en la puesta en escena y dinamismo, no en vano había pasado muy poco tiempo desde la llegada del cine sonoro.
Charles Vidor dota de dinamismo una historia donde el sentido de la justicia, lealtad y denodada lucha contra la opresión e injusticia están presentes durante todo el metraje.

Las escena de acción están muy bien rodadas, con momentos intensos de gran creatividad en la puesta de escena como la pelea a puñetazos en el cuarto del saloom, fuera de cámara y/sobre todo el duelo final en la calle en medio del humo provocado por un incendio, que recuerda en su épica al ocurrido en el O.K. Corral.
Muy bien interpretada y con fluidos diálogos, también tiene humor, como la de la pareja donde ella intenta incansablemente que él se case con ella y al ver que no está por la labor se le ocurre la siguiente jugada:

"- Yo no me quiero casar contigo.
- ¿Cómo que no? Bueno, he tratado por todos los medios de hacer entrarte en razón. Ahora probaremos otra cosa. Nos lo jugaremos a los dados.
- ¿Como que a los dados?
- Sí. El que saque un siete pierde y se casa con el otro".

Un film estimable, que no conocía y me ha causado una gran y positiva sorpresa.

https://filmsencajatonta.blogspot.com/
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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