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Ver 2 más- Sinopsis
- Cuando el segundo marido de Mildred Pierce (Joan Crawford) es asesinado, la policía la interroga. La mujer cuenta cómo ha sido su vida desde que se casó por primera vez y cómo se ha sacrificado para proporcionar a su hija (Ann Blyth) todas las oportunidades que ella nunca tuvo. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Cine negro Melodrama Maternidad
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1945 / Estados Unidos
- Título original:
- Mildred Pierce
- Duración
- 109 min.
- Guion
- Música
Premios
"Magnífica combinación de cine negro y melodrama."
Fernando Morales
[Diario El País]
12
12
Positiva
0
Neutra
0
Negativa
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¡Hija de mala madre!
1 de junio de 2009
Tras la muerte de Joan Crawford, protagonista de este poderoso melodrama negro, su hija adoptiva Christine publicó unas memorias de infancia en las que pintaba a la famosa actriz como una psicópata maltratadora, enloquecida por la incapacidad de tener hijos propios y que convirtió la vida de sus retoños adoptados en un auténtico infierno. Fueran o no ciertas estas aseveraciones (curiosamente el libro se publicó después de conocerse que la actriz había desheredado a Christine y a otro de sus hijos que también corroboró los maltratos), lo cierto es que "Alma en suplicio" parece una anticipo cruel e irónico de lo que había de suceder en el futuro, puesto que narra la relación destructiva que se establece entre una sufrida madre y su devoradora, egoísta y sanguijuela hija. Un melodramón con aires a lo "Imitación a la vida" que exprime al máximo el duelo entre la madura Crawford y la perversa muñequita Ann Blyth, que, finalmente será quién se lleve el gato interpretativo al agua con su insaciable y caprichosa Veda (años más tarde, Crawford se tomó la revancha realizando su mejor interpretación conocida junto a otra de las grandes feas de Hollywood, Bette Davis, en "¿Qué fue de Baby Jane").
El guión, espléndido y adulto, está al servicio de las damas, por lo que los caracteres masculinos, aunque omnipresentes, se mueven como sombras en una galería tras el fuego cruzado: son muy superiores las escenas protagonizadas por las mujeres que aquellas en las que salen los actores. Son impresionantes por ejemplo los tiras y aflojas madre-hija, pero también la conversación de Mildred con su ayudante Aida al regresar de unas vacaciones, una indagación curiosa en la cámara blindada de la amistad femenina, esa materia tan maltratada en el cine.
Si bien la trama resulta más o menos previsible, se solventa al dividir la atención del espectador entre el drama familiar y los toques de cine negro (toda la película es la restrospectiva de un asesinato). Sin embargo hay una tensión más tangible en el proceso de destrucción de la hija hacia la madre que en la resolución del crimen que sirve de punto de partida a la narración. Resulta casi pavoroso ver a la robusta Crawford reducida a la indefensión más absoluta ante las demandas de su delicada hija: bajo toda esta historia reside una relectura de lo más inquietante en torno a los instintos maternales mal entendidos.
Recomendabilísima en todos los sentidos para apreciar que más allá de "Casablanca", Curtiz fue capaz de alumbrar obras mayores como ésta.
El guión, espléndido y adulto, está al servicio de las damas, por lo que los caracteres masculinos, aunque omnipresentes, se mueven como sombras en una galería tras el fuego cruzado: son muy superiores las escenas protagonizadas por las mujeres que aquellas en las que salen los actores. Son impresionantes por ejemplo los tiras y aflojas madre-hija, pero también la conversación de Mildred con su ayudante Aida al regresar de unas vacaciones, una indagación curiosa en la cámara blindada de la amistad femenina, esa materia tan maltratada en el cine.
Si bien la trama resulta más o menos previsible, se solventa al dividir la atención del espectador entre el drama familiar y los toques de cine negro (toda la película es la restrospectiva de un asesinato). Sin embargo hay una tensión más tangible en el proceso de destrucción de la hija hacia la madre que en la resolución del crimen que sirve de punto de partida a la narración. Resulta casi pavoroso ver a la robusta Crawford reducida a la indefensión más absoluta ante las demandas de su delicada hija: bajo toda esta historia reside una relectura de lo más inquietante en torno a los instintos maternales mal entendidos.
Recomendabilísima en todos los sentidos para apreciar que más allá de "Casablanca", Curtiz fue capaz de alumbrar obras mayores como ésta.
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67 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Me ha convencido de que los caimanes hacen bien, se comen a las crías"
8 de febrero de 2006
Todo lo que Veda desea, su madre se lo da. Incluso si debe poner fin a su matrimonio de clase media, e intentar ascender en un mundo empresarial dominado por los hombres, casándose con un hombre rico a quien no ama.
Alma en suplicio es un característico film norteamericano de mediados de los cuarenta, en cuanto asienta sus bases sobre una sobria historia melodramática con una cierta influencia negra. La trama narrada a modo de un largo flashback nos introduce en la vida de Mieldred, una mujer capaz de cualquier cosa con tal de satisfacer los caprichos de su hija Veda, una joven malcriada, extremadamente caprichosa que engloba en cierto modo el papel de mujer fatal. En este sentido, la película acopia la mayoría de los rasgos propios del cine negro: ambiente denso, dualidad, personajes conducidos hacia un final trágico, retrato de una sociedad corrupta y afectada por la todavía reciente guerra mundial… Como apunte cabe decir que la historia crítica el esteriotipo de vida que siguen los jóvenes de las clases altas y deja a los personajes masculinos no muy bien parados por lo general.
La estética ofrecida por Alma en suplicio en las secuencias iniciales y finales obedece a los cánones del cine negro más clásico, con fuerte contraste de luces y sombras en la fotografía (Ernest Haller), y espacios nocturnos que crean la atmósfera acertada. Por el contrario durante el resto de la historia hay un tratamiento mucho más realista, adecuado para el tono semidocumental de la biografía de Mildred Pierce. El reparto encabezado por la mítica Joan Crawford, lleva a cabo un excelente trabajo, en especial Ann Blyth que se mete de lleno en su papel de joven caprichosa y malcriada. La banda sonora de MaxSteiner suena con fuerza, incrementado a las mil maravillas el carácter dramático del argumento.
Interesante largometraje negro; con una profunda reflexión de cómo la mala educación familiar puede afectar verdaderamente a la formación de una persona, en este caso una mujer.
Alma en suplicio es un característico film norteamericano de mediados de los cuarenta, en cuanto asienta sus bases sobre una sobria historia melodramática con una cierta influencia negra. La trama narrada a modo de un largo flashback nos introduce en la vida de Mieldred, una mujer capaz de cualquier cosa con tal de satisfacer los caprichos de su hija Veda, una joven malcriada, extremadamente caprichosa que engloba en cierto modo el papel de mujer fatal. En este sentido, la película acopia la mayoría de los rasgos propios del cine negro: ambiente denso, dualidad, personajes conducidos hacia un final trágico, retrato de una sociedad corrupta y afectada por la todavía reciente guerra mundial… Como apunte cabe decir que la historia crítica el esteriotipo de vida que siguen los jóvenes de las clases altas y deja a los personajes masculinos no muy bien parados por lo general.
La estética ofrecida por Alma en suplicio en las secuencias iniciales y finales obedece a los cánones del cine negro más clásico, con fuerte contraste de luces y sombras en la fotografía (Ernest Haller), y espacios nocturnos que crean la atmósfera acertada. Por el contrario durante el resto de la historia hay un tratamiento mucho más realista, adecuado para el tono semidocumental de la biografía de Mildred Pierce. El reparto encabezado por la mítica Joan Crawford, lleva a cabo un excelente trabajo, en especial Ann Blyth que se mete de lleno en su papel de joven caprichosa y malcriada. La banda sonora de MaxSteiner suena con fuerza, incrementado a las mil maravillas el carácter dramático del argumento.
Interesante largometraje negro; con una profunda reflexión de cómo la mala educación familiar puede afectar verdaderamente a la formación de una persona, en este caso una mujer.
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