The Warlords: Los señores de la guerra (2007)

"Warlords" es la típica película del género épico mil veces vista, pero que aún así sigue siendo sumamente espectacular y merece la pena de principio a fin. Sinceramente me la esperaba mucho peor y aburrida, pero por suerte no ha sido así y esta obra de Peter Chan consigue que las más de dos horas que dura la aventura se pasen bastante rápido. Casi nada.

El primer acierto es su reparto: Jet Li, demostrando que sabe actuar de vez en cuando aunque no esté para ganar ningún premio, al que se le unen el siempre eficiente Andy Lau o el fantástico Takeshi Kaneshiro. Este trío conforma el grueso de la cinta, siendo los tres 'hermanos' que se encargarán de protagonizar los más grandes momentos. La personalidad de cada uno está totalmente definida desde el principio y cambia acorde pasan los minutos. Hay una clara evolución, dando profundidad a las acciones que toman, haciéndolos humanos y, por tanto, cercanos. No son personajes planos (aunque si algo tópicos), lo cual da mucha fuerza a una película de estas características.

Tampoco puede evitarse comentar lo referente a los aspectos técnicos: buena fotografía, una banda sonora brillante, coreografías fantásticas como la parte de la emboscada. ¿Grandes escenas? Sin duda, de destacar una, sería la ocurrida en pleno corazón de la ciudad con los arqueros. Impagable la reacción de Kaneshiro, Lau o Li y la forma en que la afrontan. Por esa escena ya merece la pena ver Warlords, una cinta que dista de ser perfecta, pero que entretiene y a nivel técnico es irreprochable. No encaja dentro del 'cine de autor', pero no se le puede restar crédito a una buena obra de cine comercial que funciona tan bien como esta.

"The Warlords" se mueve sinuosamente entre el abismo de lo vulgar y el paraíso de lo brillante sin inclinarse hacia ninguno de los lados. Sin simplificar en demasía podría decirse que bebe claramente de las fuentes de "El último samurai" o "Braveheart", y también de la belleza del cine de Yimou e incluso de Kurosawa, pero recuerda más al típico cine épico y occidental de las dos primeras (abusando en secuencias de la cámara lenta y del dramatismo añadido con la banda sonora). No obstante, las secuencias de lucha alcanzan un realismo espeluznante, el conjunto está muy muy equilibrado y encima Jet Li , junto con el resto de intérpretes, hace un trabajo excepcional.
En fin, que a eso de la mitad de la peli me olvidé de si estaba o no bien realizada, me relajé casi sin querer y definitivamente me perdí en la historia -en el buen sentido- por muy básica y tópica que fuera (creo que aun viéndola en versión original no te pierdes en la trama, ja), e incluso el final* -marcado innecesariamente por el dramatismo- no desentona del papel esperado. Vamos, que en lo comercial disfruté, y bienvenido sea.