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El amor es un extraño juego (1968)

El amor es un extraño juego
98 min.
6,2
147
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Sinopsis
París. Lucille, una mujer joven y guapa, vive, rodeada de lujo y placeres, con Charles, un viejo millonario que le proporciona todo lo que desea. Pero Lucille no corresponde a los sentimientos de Charles, que está profundamente enamorado de ella. Un día se tropieza con Antoine, un atractivo e impulsivo estudiante que no tiene donde caerse muerto. En su primer encuentro se muestran muy interesados el uno por el otro, en el segundo aumenta la atracción mutua y en el tercero se convierten en amantes. (FILMAFFINITY)
Género
Romance Drama romántico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
La Chamade
Duración
98 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Italia;
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5
Françoise Sagan y Catherine Deneuve
Alain Cavalier, director de este film, fue ayudante de Louis Malle en “Ascensor para el cadalso” y “Los amantes” y tras unos comienzos interesantes, culminados con el policíaco “Saqueo en la ciudad” del que tengo buenas referencias, acabó prendido en las redes de la escritora Françoise Sagan, cuya mejor adaptación para la pantalla la realizó Otto Preminger en “Bon Jour, tristesse”. El film cuenta con dos de los actores más aclamados entonces en aquella Francia, anterior a la movida cultural del 68, una bella y glamurosa Catherine Deneuve de 25 años y un elegante y apuesto Michel Piccoli, nada que ver con el zafio y decrépito protagonista del film de Berlanga “París-Tombuctú”. Este relamido melodrama rosa, pudo tratarse de una decidida apuesta comercial, no olvidemos que Sagan fue un fetiche de la burguesía francesa en los años cincuenta y sesenta, cuyos círculos sociales frecuentaba vestida con el disfraz de “escandalosa”.

El film poco conocido en España, prueba de ello es que no hay críticas de los usuarios de esta web, está construido a partir de la novela “La chamade” y retrata el universo de la clase alta parisina que tanto gustaba poner en solfa al maestro Luis Buñuel, durante su etapa por tierras galas. Las relaciones sociales y amorosas de la burguesía francesa que daba la espalda al movimiento estudiantil, pero a Cavalier lo que le gustaba resaltar no son las miserias morales de la clase pudiente, lo que expone es la ambigüedad moral, la hipocresía y el capricho amoroso de una joven inmadura que vive cómodamente con un maduro millonario al que no ama pero se siente protegida y amada, que tras conocer a un atractivo joven estudiante, se enamora de él pasando a convivir un verano juntos, emancipándose personalmente.

Lucille (Deneuve, que también fue musa de Luis Buññuel) es una joven fervorosa del lujo que decide abandonar a su amante, un hombre rico y maduro, Charles (Piccoli), para emprender una relación con un joven, Antoine (Roger Van Hool), que quiere ser escritor y habita en su apartamento de una sola estancia rodeado de libros y manuscritos. Así, Lucille abandona la vida ociosa, las comodidades, los restaurantes y los vestidos caros, el automóvil de lujo de los que dispone a su antojo, para trasladarse a vivir con el joven que no tiene donde caerse muerto. Con el fondo de un París nublado y lluvioso, Lucille descubrirá las “delicias” de los transportes públicos, aprendiendo a ganarse el sustento en el archivo de un periódico.

Pronto comprobará que no todos entienden el amor del mismo modo, pues los hay generosos y entregados, mientras que otros son egoístas e interesados en placeres mundanos. Un juego de amores y pasiones, tanto carnales como amorosos. Una visión edulcorada desde la brillantez del papel “couché”, aunque entre plano y plano se intuye una cierta sordidez. Cavallier trata con mucho respeto y cariño a la burguesía, la reviste de sensualidad, cultura y buen gusto, cosa que no hacía el sordo de Calanda, más bien se mofaba totalmente, debido a su ideología afectiva en la lucha de clases. Lo mejor del cineasta consiste en el encadenamiento de secuencias, sirviéndose de un mismo fondo sonoro, y la habilidad con que combina los diálogos y el pensamiento de los personajes en una secuencia, a veces en un sólo plano. Lo dicho, para lectores de la Sagan y admiradores de la belleza de la ex de Roger Vadim y Marcello Mastroianni.
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5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
"Todo lo que amo de ti, él lo odiará..."
Comencé a ver ésta película y de repente recordé, que ya la había visto. Debió ser en los años en los que me veía absolutamente todo que incluyera a Catherine Deneuve... ¡qué mujer! Tremenda actriz, la cara de la elegancia y la presencia. Jamás se conformó con su belleza sino que triunfó en el mundo del cine y trabaja hasta el día de hoy.

"La chamade" me pareció en éste segundo visionado una cinta fantástica. No sé por qué la había olvidado, quizás en su día no me enganchó, pero hoy me identifico con los personajes y puedo analizarlos sin juzgarlos. En otros tiempos habría odiado a Lucille, pero hoy por hoy la entiendo. Parece la villana de ésta historia por su hedonismo pero lo cierto es que nos encontramos ante un triángulo conformado por egoístas:
- Lucille: vive con un hombre a quien evidentemente no ama pero tampoco la disgusta.
- Charles: aprovecha su posición para tener a la chica, darle todo lo material que ella pueda desear y así no lo abandone.
- Antoine: pfff, ¿Cómo describirlo? Repulsivo. El peor de todos. Sólo piensa en su trabajo, en conseguir a la mujer que le gusta, acostarse con ella y luego intentar cambiarla.

Antoine será quien ponga patas arriba el mundo de princesa en el que Lucille está inmersa, pero y qué más? ¿Acaso hay amor ahí?. No lo creo... en cuanto la pasión se disipa, se ve a la persona tal y como es y la realidad golpea.

A mi me encantó y la recomiendo.
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1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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