La zarpa (Historias para no dormir) (TV) (1967)

Insinuar, que no enseñar de manera explicita, sugerir, da lugar al espectador a que imagine lo que pasa aunque realmente no lo haya visto. En esto, como en tantas otras cosas, Ibáñez Serrador es un consumado maestro. Apoyado en un magnífico guión de su alter ego Luis Peñafiel, y unas sentidas interpretaciones, con cuatro duros y penumbras, Ibáñez Serrador recrea una historia escalofriante que tiene la virtud de sugerir los horrores que produce el empleo de la zarpa que le da el título; no ves explícitamente nada pero lo imaginas. Poderosa herramienta es la mente humana cuando la sugestionas. Chapeau, Don Narciso.

Preciso, ajustado, certero y con una capacidad narrativa excelente, N. Ibáñez Serrador consigue trasmitir la magia del horror en una ambiente de creciente tensión y zozobra.
“La zarpa” es un prodigio de destreza.
Con la sencillez de lo natural, con la habilidad de quien domina las cámaras y la versatilidad de quien se encuentra a gusto en todos los terrenos, sabe graduar las emociones, pulir las aristas y conducir la obra por donde más le conviene.
Mediante un guión magnífico y un medido sentido del ritmo consigue que no haya un momento de sosiego porque la incertidumbre y el espanto siempre son los protagonistas.