Ojos en la noche (1990)

Thriller erótico de serie B que no pretende más que lo que te ofrece y al que no se le puede pedir mucho más.

Producido, escrito e interpretado por Andrew Stevens --un especie de nuevo Roger Corman, que ha dedicado la mayor parte de su vida al cine de baratillo y que es hijo de Stella Stevens, la rubia compañera de reparto de Jerry Lewis en "El Profesor Chiflado" (J. Lewis, 1963)--, y por la exchica Bond Tanya Roberts, quien a partir de esta peli se convertiría en una estrella del género.

Según he leído en algún sitio, la idea le surgió a Stevens con motivo de una anécdota que vivió cuando salía con una exnovia del cantante Rod Stewart,. Pero lo cierto es que, tetas aparte, el guión no es demasiado original: presenta unos personajes muy esquemáticos y sin apenas desarrollo, al igual que la propia trama, vista ya mil veces: un segurata al que una estrella de rock contrata para que busque pruebas que incriminen a su esposa en un adulterio durante su proceso de divorcio terminará enrollándose con ella.

La dirección del hindú Jag Mundhra, todo un experto en el género, lo fía casi todo a las escenas eróticas (en las que, por cierto, Tanya Roberts es sustituida por una doble), muy en la línea marcada algunos años antes por pelis como "Nueve Semanas y Media" (Adrian Lyne, 1986). También a la excelente fotografía y a la machacona banda sonora soft-jazz en la que suena insistentemente la misma melodía interpretada por un saxo. Pero todo es tan vacío y estereotipado, aunque los actores hagan lo que puedan con el material que tienen, que a la peli le sobra media hora bastante antes de llegar al desenlace, por otra parte muy previsible.

Lo curioso es que, pese a ser directamente destinada al vídeo, tuvo bastante éxito a nivel económico (recaudó 30 millones de dólares en vídeo-clubs y a través de la tele por cable, cuando su presupuesto inicial era de 700.000), y daría lugar a nada más y nada menos que tres secuelas inmediatas, a razón de una por año.

No se había estrenado aún por entonces "Instinto Básico" (Paul Verhoeven, 1991), el thriller erótico por excelencia en el que su director, como hace siempre magistralmente con todo los géneros que toca, se rió de este tipo pelis, dándoles la vuelta con muchísimo arte.

Y es que atendiendo a los resultados económicos de esta cinta (y nunca mejor aplicado el término en referencia al mercado de VHS), queda claro que el que más y el que menos hacía en aquellos no tan lejanos años 90 lo que sea, aunque la trama fuese un pequeño truño, por estar calentito en invierno y no tener que gastar mucho en calefacción. Igual que sucede ahora, aunque todo cambiase desde que llegó internet. Pero entonces teníamos que recurrir a otros métodos.