Robin Hood nunca muere (1975)

Sorprendente película dirigida por Frances Bellmunt, no porque no se entienda ni sea rara, se trata de una peli de aventuras más bien clásica, pero el que fuera él quien la dirigiera... pues es raro.
Pero, claro, lo hace introduciendo en la inmortal leyenda de Robin Hood, el problema de las diferencias de las clases sociales, lo cual siempre ha estado presente en las cintas con este personaje. Los pobres y los desalmados ricos que les roban lo que pueden, subiéndoles los impuestos y persiguiéndoles por asuntos tales como cazar (para matar el hambre) en sus bosques y demás.
Casi todo ello está presente en esta cinta, que parece más bien barata, pero dirigida de forma entusiasta, es decir, con brío y determinación aunque escasa pericia, pero sin reírse del personaje principal ni tomándoselo en broma.
El ritmo es harto irregular, con momentos de acción que no son nada del otro jueves, aunque el asalto al castillo del malvado tiene momentos de humor, muchos de los cuales resultan más bien ingenuos. Por no hablar de cómo Bellmunt rellena molestos minutos sin que pase nada de nada, viendo cómo comen, ríen y cantan los buenos (preciosa Emma Cohen) mientras Robin Hood cura de sus heridas.
Rodada en paisajes catalanes como la misma Barcelona o Montenegre, la peli no molesta pero tampoco dice mucho, más bien es olvidable aunque se pase el ratillo incluidos algunos momentillos tediosos.

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