Marius y Jeannette (Un amor en Marsella) (1997)

Al parecer a Guédiguian le bastan sus actores (¡siempre los mismos!), sus temas e ideas (¡siempre l@s mism@s!), sus escenarios marselleses (¡siempre los mismos!) y una historia sencilla para deslumbrarnos contándola con esa misma sencillez en el aspecto técnico. Los únicos alardes son en el talento cinematográfico de su autor, quien capta enseguida la simpatía del espectador, y el buen oficio interpretativo de su troupe, los Meylan, Darrousin... pero sobretodo la extraordinaria Araine Ascaride.
Un consejo, vale para todo el cine, especialmente para el francés, pero indespensablemente en las películas de Guédiguian: por favor absetenganse de ver las patéticas versiones dobladas al castellano. En su versión original encontrarán multitud de matices, indetectables en las insulsas traducciones y extrañas cadencias sonoras sin gracia alguna.

Robert Guédiguian hizo una sencilla, irónica, proletaria y combativa película acerca de la búsqueda de la felicidad de esos cientos de seres anónimos con los que cada día nos cruzamos por la calle (me incluyo orgullosamente, por supuesto), con los ingredientes de la vida: el amor, el humor, el dolor... Así se logra un retrato naturalista y realista desde el suelo de la vida cotidiana , con el que nos identificamos fácil y encantadoramente las personas comunes