Spam (2008)

No es extraño que ahora los productores hollywoodenses recurran a la adaptación de películas producidas fuera del emporio para satisfacer a las masas, todo debido al problema actual entre éstos y escritores, quienes pelean un pago mejor por su trabajo. La ola de remakes continúa, siendo lo más reciente REC y El otro lado del Espejo de origen español y surcoreano respectivamente, películas que gusten o no, representan éxito en taquilla, cosa que los estadounidenses tienen comprobado sin arriesgar absolutamente nada.

Pero esta crisis alcanza al cine de mi país, ávido por público que pague un boleto de entrada sin importar que tan original sea la propuesta, es así como Spam es producida con la fórmula del terror que a lo largo de la década a funcionado; instaurada por las culturas orientales, quienes arriesgaron y abrieron brecha en el mercado occidental con sus terroríficas historias. Tan solo por citar algunas como las japonesas: “La maldición” (The grunge) y “El aro (The ring) o las surcoreanas “Los poseídos” (Two sisters) y Dentro del espejo (Into the mirror) donde los objetos guardaban lo desconocido, la esencia de lo paranormal al acecho de víctimas por circunstancia. Es así como las casas, árboles, videos, móviles, espejos, cámaras fotográficas entre otros objetos, fueron el eje para generar pánico entre los espectadores y como recurso se debilita cada vez más.

Spam ofrece la alternativa de los elementos relacionados con la informática, y crear una madeja en la que se ven envueltos estudiantes, policías y pacientes con déficit mental, así como aquéllos que deliberadamente han abierto el mensaje en su ordenador. Los personajes cuentan con perfil psicológico poco trabajado y por lo tanto nada convincente, aunado a interpretaciones nulas por parte del elenco juvenil. Película pobre, la crisis alcanza a los escritores.

El valor que le asigno se lo debe a sus escasos efectos especiales y el cartel con el niño caracterizado.

Soy mexicano y me decepciono del cine de mi país, y mucho peor del horror del mismo. No puedo creer que esta película fuera tan estúpida para que un estudio la tomara para producirla y filmarla.
Veamos, todos conocemos un e-mail "spam", ya saben, en los que te dicen que te morirás si no lo re-envías, bla, bla.
Ahí hasta todo bien, pero en la película no muestran nada de gore y es extraño que el apellido del director coincide, pero no, nada que ver.
Nunca la vean, solo pasarán un mal rato de malas actuaciones, mala trama y malos actores. Por eso el horror japonés es el mejor.