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El amargo deseo de la propiedad (1973)

El amargo deseo de la propiedad
120 min.
6,5
242
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Escena (ITALIANO)
Sinopsis
Un joven cajero de banco, alérgico a los billetes, se convierte en la pesadilla del mejor cliente de la entidad, un adinerado carnicero poco escrupuloso en sus negocios. Después de despedirse, el cajero roba al carnicero su mejor cuchillo y su sombrero. Entra en su domicilio y se apodera de algunas joyas. A continuación secuestra a la que es cajera y amante del carnicero. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia Comedia negra
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
La proprietà non e più un furto
Duración
120 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Italia-Francia;
Links
Premios
1973: Festival de Berlín: Sección oficial de largometrajes
"Otra de los heladores y definitivos retratos de la sociedad italiana, junto a las otras colaboraciones de Petri y el guionista Ugo Pirro"
[Diario El País]
"Una cinta muy personal y llena de calidad. Interesante"
[Diario El País]
10
Sorprendente visión de la sociedad del bienestar
Nos encontramos aquí ante una muy recomendable película. En este caso se nos muestra el choque entre clases sociales a través de dos personajes al límite: un carnicero exitoso y un neurótico empleado de un banco desposeído de cualquier propiedad.
La historia se complica de forma imparable y asistimos a un auténtico duelo de interpretaciones entre los dos protagonistas.
Alrededor de estos dos personajes condenados a odiarse se suceden escenas de surrealismo fantástico llenas de humor y sentimiento.
Puede que haya perdido su fuerza inicial (es del año 1973) debido a la evolución del lenguaje cinematográfico y a que otros puntos de vista se han ido imponiendo en el cine, pero no deja de aportarnos datos actuales para pensar y ubicarnos en un mundo donde la confrontación entre las y los que lo tienen todo y las y los que no tienen nada es inevitable.
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14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
“El egoísmo es el sentimiento fundamental de la religión de la propiedad”
Mientras asume su condición de contable en un banco, Total (así se le conoce), usa siempre guantes porque es alérgico al dinero, al que considera sucio. Jamás ha robado una lira y junto a su padre -otro exempleado de banco- vive con lo mínimo, pues, ya se sabe que, en las entidades financieras, siempre se ha aplicado la ley del embudo… y esto pasa por los clientes, incluyendo a los empleados de base.

El carnicero de la zona (dueño de numerosos negocios y propiedades), es el mejor cliente del banco y sabe como halagar a los empleados para mantenerlos siempre a su servicio. Es un hombre próspero merced a un matadero clandestino y a la construcción de viviendas de aparente calidad; además, altera sus balances, no paga la seguridad social de sus trabajadores y evade impuestos a como dé lugar.

Sabiendo bien seguro de quien se trata, y ofendido con el banco cuando se entera de que no le presta a quienes necesitan (como él) sino a quienes tienen (como el carnicero), el contable Total decide dejar a un lado sus escrúpulos y comenzará contra el matarife una suerte de asedio dispuesto a reducirlo a la ruina. ¿Qué ocurrirá, desde entonces? Créanme que será entre divertido y doloroso verlo, pues, estamos ante una comedia de humor negro en la que los dardos van y vienen hasta el punto de que, en alguna ocasión, quizás tengamos que desviar la cabeza.

Escrita, una vez más, junto a Ugo Pirro, con “EL AMARGO DESEO DE LA PROPIEDAD”, el director Elio Petri, cierra la Trilogía del Poder que comenzara con “Indagine su un Cittadino al di Sopra di Ogni Sospetto” y continuara con “La Classe Operaia va in Paradiso”, y lo que aquí logra, es una eficientísima disección del poder que se alcanza con la amoralidad y el arribismo, y la forma como en la sociedad se exalta a los que delinquen y se condena al ostracismo (o a la destrucción) a quien se esmeran por jugar limpio.

Al tratarse de una comedia de alto nivel, Petri decidió contar con uno de los mejores intérpretes de este género como fue, Ugo Tognazzi, e imprescindible es decir que su interpretación es de antología, haciendo del pequeño-cobarde-agigantado gracias a su proverbial falta de escrúpulos. A su lado, Flavio Bucci (Total), es el singular marxista-mandrakista, termino que ya se entenderá cuando vean su comportamiento. Reconocimiento a Daria Nicolodi, como la atropellada Anita, y para Mario Scaccia, impecable como “Albertone”, el actor teatral al que, la condición de esta profesión, también lo lleva… a robar.

Muy buenos diálogos, efectivas metáforas visuales, una fuerte mordacidad que circula por muchas escenas… y una sobresaliente ambientación, hacen que, “EL AMARGO DESEO DE LA PROPIEDAD”, redondee con alta eficacia una trilogía que ya ha logrado la trascendencia.

P.D. El título original, “La Proprieta’ non e’ piu’ un Furto” (La Propiedad ya no es un Robo), alude a una frase del libro, “¿Qué es la propiedad?”, en la que el autor, Pierre-Joseph Proudhon, utilizó la frase: “La propiedad es un robo”, explicando más adelante que, es un robo cuando es usada por el hombre para explotar a otros y cuando se caracteriza por rendir intereses y rentas, permitiendo imposiciones por parte del que no produce sobre el que produce.

Título para Latinoamérica: LA PROPIEDAD YA NO ES UN HURTO
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5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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