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Cuando fuimos brujas (1990)

Cuando fuimos brujas
78 min.
6,4
968
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Tráiler HD (INGLÉS con subtítulos en español)
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Sinopsis
A finales de la Edad Media, la joven Margit (Björk) y su hermana mayor Katla huyen a las montañas después de la muerte de su madre, quemada por brujería. Ambas encuentran refugio con Jóhann, un viudo que vive con su hijo pequeño Jónas. Mientras Katla trata de seducir al campesino, Margit y Jónas se hacen buenos amigos. Pero el pequeño está convencido de que Katla es una bruja y la odia profundamente. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Fantástico Brujería Edad Media
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Islandia Islandia
Título original:
The Juniper Tree
Duración
78 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1991: Festival de Sundance: Nominada al Gran Premio del Jurado
8
Crítica de Cuando fuimos brujas por Cinemagavia
*Del éxito crítico al olvido

La película Cuando fuimos brujas (The Juniper Tree), pudo verse en el Festival de Sundance en 1991, ganó el Prix du Public en el Festival des Films des Femmes de Montreal en 1990 y fue considerada la Mejor Ópera Prima en el Festival Internacional de Cine de Troia (Portugal) en 1991.

Después, la película cayó en el olvido y es ahora, en 2019, donde puede tener una segunda oportunidad, primero con su presencia en el pasado Festival de Sitges 2019 en la Sección Seven Chances y ahora con su reestreno en salas selectas de la mano de Capricci Cine donde nos llega en copia Restaurada en 4K por el Wisconsin Center for Film & Theater Research y The Film Fundation, con la ayuda económica de la George Lucas Family Fundation.

*Nietzchka Keene, una directora adelantada a su tiempo

The Juniper Tree, traducida en España para la ocasión como Cuando fuimos brujas, tuvo un parto creativo complicado. Nietzchka Keene, directora adelantada a su tiempo, escribió el guion de su ópera prima en 1986 y empezó el rodaje en 1987. Tras conseguir una beca Verna Fields-Memorial de la UCLA pudo editarla y completarla tres años más tarde.

La directora murió 14 años después de un cáncer de páncreas con tan solo 52 años, pudiendo rodar antes algunos cortometrajes y dos películas más, igualmente desconocidas para el gran público, Heroine of Hell (1994) y Barefoot to Jerusalem (2004), la cual quedó inacabada en su última fase de postproducción, pero que fue finalizada tras su fallecimiento y estrenada 4 años después. Otro de sus proyectos, Belle, basado en la vida de la asesina en serie Belle Gunness, no tuvo tiempo de completarlo.

*El debut en el cine de Björk

La guionista y directora mostró en todos sus trabajos algunos elementos en común, especialmente en lo referente a su iconografía religiosa y al tratamiento feminista de sus historias. Cuando fuimos brujas tiene más curiosidades, la principal es que entre su elenco protagonista compuesto por Bryndis Petra Bragadóttir, Valdimar Örn Flygenring y Guðrún Gísladóttir, también encontramos el debut cinematográfico de una jovencita Björk Guðmundsdóttir, más conocida por Björk a secas, la cantante por aquella época del grupo Sugarcubes, después desarrollaría una exitosa carrera en solitario, convirtiéndose en una de las artistas más inclasificables del panorama musical contemporáneo que volvería al cine como inolvidable protagonista de Bailar en la oscuridad (Lars Von Trier, 2000).

*De los Hermanos Grimm a Carl Theodor Dreyer

Cuando fuimos brujas está inspirada en un cuento de hadas de los Hermanos Grimm y es un drama pictórico cuyas imágenes preciosistas y al tiempo fantasmagóricas, rodadas en un impoluto blanco y negro, nos remiten al imaginario de grandes maestros como Bergman, Dreyer o Tarkovski, aunque Nietzchka Keene demuestra tener sus propios recursos visuales y estéticos para desmarcarse de referentes y crear una obra con sello propio, eso sí, con la inestimable colaboración del excelente trabajo efectuado por el director de fotografía Randolph Sellars.

*Una visión sobre la feminidad y la maternidad

Cuando fuimos brujas propone una visión antropológica de una época y, también, una fábula malévola sobre brujería y religiosidad que sirve a su directora para reflexionar sobre la feminidad, la maternidad y el empoderamiento de la mujer en un mundo misógino coartado por la superstición y el poder atávico del hombre.

El árbol Juniper (Enebro) del título original era un símbolo de fertilidad para algunos pueblos prehistóricos y las bayas se usaban como anticonceptivo femenino para los nativos americanos, temas que se tocan en la película.

Por otro lado, el título en castellano, Cuando fuimos brujas remite más directamente y de forma nostálgica a la parte más fantástica del relato, la que apunta directamente a la brujería y la magia, ya sea blanca o negra, que da lugar a algunos de los momentos más fascinantes de esta obra única e inusual.

Cuando fuimos brujas es una película inclasificable según los códigos actuales, con muchos elementos del cine de índole fantástico, pero con un tratamiento de arte y ensayo. El film buscará hacerse un hueco en una cartelera donde los estrenos que tocan estos temas fantásticos suelen estar infantilizados al máximo para ser consumidos con ligereza por la cinefagia galopante que impera en estos tiempos. No es este el caso, la película de Keene es una obra compleja y con diversas capas, de ritmo contemplativo y dedicado a los detalles, con especial dedicación al tratamiento visual y sonoro que necesita consumirse con calma, detenimiento y exclusividad.

*¿Película de culto con mensaje feminista?

Película ambientada en la Edad Media, tiene un mensaje increíblemente actual, algo solo inherente a las grandes y más transcendentes obras. Su mensaje feminista no cae en la propaganda gratuita que se exhibe a diario en las redes sociales, es mucho más potente y perdurable en nuestra memoria, gracias al fascinante subrayado de sus imágenes, entre lo bello y lo perturbador.

La simbología cristiano-religiosa que se desprende de la película, también puede encontrarse en otras obras de Keene, su corto de animación Aves (1994) se centraba en mostrar la espiritualidad de una monja enclaustrada, y en el largo Barefoot to Jerusalem (2004), una mujer se enfrentaba directamente al Diablo.

*Conclusión

El tiempo dirá si Cuando fuimos brujas adquiere la categoría de película de culto, lo único cierto a día de hoy, es que tener la oportunidad de disfrutarla en pantalla grande es una experiencia sensorial que cualquier cinéfilo debería aprovechar.

Escrito por Daniel Farriol
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21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Brujas rescatadas
Después de una recuperación, remasterización y reivindicación tardía, el Festival de Sitges 2019 acogió en calidad de evento la proyección de Cuando fuimos brujas (The Juniper Tree), una de las películas islandesas más desconocidas, si bien la presencia en su reparto de la cantante Björk la ha visibilizado en determinados espacios de internet en los últimos años. Con la cara lavada y en pantalla grande, Cuando fuimos brujas presume de un blanco y negro bellísimo y una atmósfera mítica y mística que recuerda al cine de los tótems del audiovisual nórdico.

Al morir su madre, tachada de bruja por una sociedad que nunca vemos en imágenes, dos hermanas se trasladan al corazón de la Islandia desértica y salvaje junto a un hombre viudo y su hijo. La confluencia de distintas dimensiones (la feminidad y la masculinidad, lo mágico y lo terrenal, la fiereza de los mayores y la inocencia de los pequeños), además de la impronta del paisaje, confieren a Cuando fuimos brujas una personalidad única, con una historia que bascula entre la misoginia y el feminismo.

Sus profusas pausas en forma de fundidos a negro y su apego por la cuentística y el folklore musical suman atractivos a una película tan apocada como imponente, dirigida por una cineasta norteamericana, rodada a trompicones en 1986 y estrenada en el escaparate de Sundance en 1991. Un título importante más allá del (re)conocimiento de esa (contra)figura del pop que es Björk, aunque el fan entregado encontrará muchas conexiones entre Cuando fuimos brujas y el universo de la artista: ahí están los videoclips de Jóga y Bachelorette o los personajes que subyacen en las letras de Isobel o Hyperballad.

@CinoscaRarities
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