Trailer (INGLÉS)
- Sinopsis
- Un hipnotizador y ventrílocuo actúa ante el público con una marioneta, cosechando considerables éxitos, ya que el muñeco habla y se mueve por sí mismo. En una actuación, asiste un periodista que intenta averiguar el truco que esconde el muñeco. (FILMAFFINITY)
- Género
- Terror Sobrenatural
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1964 / Reino Unido
- Título original:
- Devil Doll
- Duración
- 81 min.
- Guion
- Fotografía
- (B&W)
- Compañías
- Links
Hugo se acerca al cuchillo
12 de octubre de 2010
Aunque subvalorada y olvidada, esta pequeña gema terrorífica merece ocupar su hueco en el subgénero de muñecos siniestros que cobran vida. Siendo una serie B limitadísima en lo ecónomico, consigue, sin embargo, sacar considerable partido de sus limitaciones. Primeros planos, contrapicados y un meritorio uso de la profundidad de campo se postulan como los principales alicientes de una película que, valíendose del silencio y la sugerencia, logra crear un clima decididamente inquietante, a ratos de enorme fascinación: el momento en el que el muñeca Hugo se dirige por primer vez al público posee una fuerza visual que incomoda.
Desgraciadamente, el talento como narrador de Shonteff es muy inferior a su pericia como director: la narración está plagada de tiempos muertos, se pliega al tópico con facilidad y finaliza de forma algo precipitada, aunque dejando buen sabor de boca. Lastrada por el peso que en la memoria del cinéfilo tiene aquel exquisito episodio de Cavalcanti incluido en la coral Al morir la noche, El muñeco diábolico al menos se las apaña para hacer virtud de sus defectos y ofrecer otro caso de ventrilocuismo insano dispuesto a hacernos pasar un (buen) mal rato. Una peli menor, con algunos apuntes amateur casi dignos de H. G. Lewis, que se puede disfrutar si uno profesa cierta fascinación por estos muñecos que dan tan mal rollo.
Lo mejor: Shonteff, tras las cámaras, se lo curra más de lo esperado.
Lo peor: el guión es flojo y está repleto de arritmias.
Desgraciadamente, el talento como narrador de Shonteff es muy inferior a su pericia como director: la narración está plagada de tiempos muertos, se pliega al tópico con facilidad y finaliza de forma algo precipitada, aunque dejando buen sabor de boca. Lastrada por el peso que en la memoria del cinéfilo tiene aquel exquisito episodio de Cavalcanti incluido en la coral Al morir la noche, El muñeco diábolico al menos se las apaña para hacer virtud de sus defectos y ofrecer otro caso de ventrilocuismo insano dispuesto a hacernos pasar un (buen) mal rato. Una peli menor, con algunos apuntes amateur casi dignos de H. G. Lewis, que se puede disfrutar si uno profesa cierta fascinación por estos muñecos que dan tan mal rollo.
Lo mejor: Shonteff, tras las cámaras, se lo curra más de lo esperado.
Lo peor: el guión es flojo y está repleto de arritmias.
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11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El poder absoluto del Gran Vorelli
3 de agosto de 2020
Muchos años antes de que Chucky fuera el muñeco diabólico más famoso, existió un antecedente interesante, el de esta producción británica injustamente olvidada. En ella resultaba amenazador un muñeco llamado Hugo, pero mucho más el mago y ventrílocuo que lo controlaba, “El Gran Vorelli”, quien había desarrollado al máximo su poder como hipnotizador.
Mark, un ambicioso periodista, intrigado por las habilidades del artista, está dispuesto a desvelar sus trucos y para ello involucra a su bella prometida, Marianne. No será una buena idea porque la chica quedará expuesta a un grave peligro.
Destacan los números con el muñeco, llenos de tensión, y el buen trabajo del protagonista Bryant Haliday. Lo más discutible es un desenlace algo forzado. En todo caso, es una historia de cine fantástico novedosa en su año de producción, y más estimulante, en mi opinión, que cualquier andanza de Chucky cuchillo en mano.
Respecto a ficciones siniestras con ventrílocuos, es recomendable también el episodio “Freddy” de “Historias para no dormir”, con un enfoque totalmente distinto.
Mark, un ambicioso periodista, intrigado por las habilidades del artista, está dispuesto a desvelar sus trucos y para ello involucra a su bella prometida, Marianne. No será una buena idea porque la chica quedará expuesta a un grave peligro.
Destacan los números con el muñeco, llenos de tensión, y el buen trabajo del protagonista Bryant Haliday. Lo más discutible es un desenlace algo forzado. En todo caso, es una historia de cine fantástico novedosa en su año de producción, y más estimulante, en mi opinión, que cualquier andanza de Chucky cuchillo en mano.
Respecto a ficciones siniestras con ventrílocuos, es recomendable también el episodio “Freddy” de “Historias para no dormir”, con un enfoque totalmente distinto.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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