El amor en el espectro autista (Serie de TV) (2019)

Después de seguir durante años esta página, publico mi primer comentario, porque es un tema que me incluye como adulta autista y con un novio que también lo es.
La primera temporada sentí que estaba repleta de mandatos sociales, más que de amor. Veía a gente exigiéndole a autistas que practicaran para parecer neurotípicos, hablar como ellos y hacer cosas de neurotípicos en su cita con otra autista, y me preguntaba: ¿por qué?; ¿para qué?... Hasta que llegó el último capítulo y recién ahí mostraron lo que es el amor en el espectro (no la opinión de los neurotípicos sobre este), y ahí es cuando se ve todo el potencial de la serie, que en la segunda temporada sí han logrado.

Los autistas queremos encontrar alguien para ser nosotros mismos, alguien que nos entienda; aquella persona que, si nos falta un par de medias azules, comprenda que no podemos hacer otra cosa hasta que no lo resolvamos; alguien que, si le decimos que nos dio asco su beso, entienda que es un tema sensorial y no personal. Pero además necesitamos tener apasionadas conversaciones sobre nuestros temas de interés con alguien que los encuentre interesantes y contribuya a ampliar esos conocimientos.

Creo que la serie es interesante porque los autistas queremos autistear y disfrutar de nuestras conversaciones e interacciones sin tanta patologización, y con más amor.

Encontrar el amor, no es fácil para nadie, pero para los jóvenes autistas resulta aún más que complicado. "Love on the Spectrum" nos adentra en la mirada de aquellas personas con diversidad que perciben y conviven en un mundo diverso, y que la mayoría de nosotros no logramos entender. Pero ello no les impide romper barreras e intentar integrarse a nuestra percepción y superar toda dificultad para relacionarse y encontrar el amor.

Junto a siete jóvenes con TEA, el documentalista Cian O'Clery, reporta con humanidad y cercanía ésta difícil realidad, una realidad que la envuelve con alegría y calidez, mostrando empatía y respeto des del primer minuto.

Sus protagonistas, personas admirables y cada cual más tierna, se aferran al amor y muestran sin miedo sus sentimientos, sus aficiones y su total naturalidad. Rompen esquemas y prejuicios, se abren y dan a conocer sus diversidades consiguiendo que nos encariñemos con cada uno de ellos y normalicemos cada singularidad. Con los que aprendemos una clara lección de aceptación y superación.

Un documental de relaciones humanas necesario y de obligatorio visionado, tan divertido y enternecedor cómo respetuoso, que logra algo tan imprescindible como desmitificar y naturalizar el autismo.