Entre pipas (Serie de TV) (2012)

Me rompí la cabeza durante horas tratando de no caer en la descripción habitual que periodistas y presentadores hacen de "Entre Pipas" (los dos amigos, el banco, las pipas…) Quería ser original, escribir algo que nadie más hubiera escrito antes y sobre todo, no mencionar sus "lugares comunes".

Me dediqué a reflexionar caminando por las calles con los brazos cruzados sobre la espalda ligeramente encorvada, tratando de entender por qué necesitaba contarle al mundo por qué me gusta "Entre pipas". Lo hice a veces sentada sobre las rocas alrededor del canal con la mano apoyada en mi barbilla cual pensador de Rodin; en otras ocasiones sobre un banco mientras comía pipas, como Luis y Xulio, que tantos momentos de revelación de las grandes verdades de la vida había tenido en una situación similar, acompañados sólo del sol y esos frutos secos…

Y he de decir, que al contrario que a ellos, eso no me ayudó.

Una mañana de sábado, enfadada con mi yo interior por no ofrecerme ninguna idea mejor, desistí.

Así que en lugar de pensar, decidí leer qué habían pensado otros y ver si así lograba apoderarme de sus pensamientos.
Me decanté por el libro "Momentos estelares de la humanidad" de Stefan Zweig, un escritor alemán de finales del siglo XIX, principios del XX…
Y fue así como a través de los pensamientos de una persona un siglo mayor que yo, descubrí por qué tenía que contar lo que "Entre pipas" me ha enseñado.

La explicación es muy fácil…El libro trata sobre 14 hechos históricos que siempre serán recordados por la humanidad: el descubrimiento del océano índico por Núñez de Balboa, la conquista de Constantinopla, la muerte de Cicerón…
Fue en el prólogo de ese libro donde encontré la respuesta a mis preguntas: "muchas horas de la vida de las personas, incluso de generaciones enteras, han de pasar hasta que se produzca uno de estos hechos inigualables y únicos que cambian destinos, que cambian las reglas, que constituyen la esencia de una época… Son los momentos estelares de la humanidad."

Si contásemos los minutos que hemos pasado y pasamos con nuestros mejores amigos, la cuenta ascendería a un importante número de minutos, de horas, de días, de semanas, incluso de meses que hemos estado sentados, de pie, bailando, charlando a su lado. Y ellos a nuestro lado. Muchos minutos, horas y días han de pasar para que aparezca uno de esos momentos estelares que te hacen ver que esa persona vibra igual que tú, que te identifiques con sus historias, que en ocasiones sus pensamientos lleguen a producir una revelación en tu mente, que una mirada baste para que os partáis de risa o se os llenen los ojos de lágrimas… Que eso llegue a suceder y que incluso se repita requiere una enorme inversión de tiempo y de entrenamiento.

La pesca de momentos estelares de la vida, de reflexiones y revelaciones que marcan un antes y un después es lo que cada persona busca en su día a día sin darse cuenta, y que hacen que un día como otro cualquiera destaque entre los demás…

Es lo que cualquier escritor, director, actor busca plasmar en su obra, porque a nadie le interesa ver ante una pantalla un día como otros tantos… Sino esos momentos estelares.
El arte busca la complejidad de la vida reflejada en sus fragmentos más sencillos.

Y eso es precisamente lo que veo cuando veo "Entre pipas"… conversaciones que te hacen reír o llorar, sorprenderte, sonreír con ternura… plasmando momentos únicos que no sólo son únicos en la historia de las amistades en general, si no que son lugares comunes en nuestra consciencia colectiva de lo que es la vida…
Lugares comunes como un banco en medio de la calle en el que ponerse a comer pipas.