Claroscuro (2021)

Frío debut de la actriz Rebecca Hall (The Town: Ciudad de Ladrones, Una relación abierta, Vicky Cristina Barcelona), en la dirección de su primera cinta "Claroscuro", a la que, sin duda, se le podían haber potenciado más y mejor sus virtudes.

En su primera experiencia detrás de las cámaras, la ahora ya también directora británica elige un poderoso blanco y negro para contar una historia intimista de dos mujeres en la América de los años 20. La narrativa, eminentemente dramática, se apodera de la historia desde sus inicios, y sin duda es el pilar básico de la película durante sus más de 90 minutos de metraje. Sin embargo, todos los elementos que en un principio se presentaban fascinantes y prometedores se terminan por desvanecer poco a poco, y la cinta termina por mostrar una historia que demanda a gritos ser contada con más alma, poniéndose de manifiesto este hecho en una dirección, que por momentos, resulta ser poco consistente.

Su mayor defecto reside en la sensación autómata que la sucesión de imágenes desprende. Todo lo que se pretende contar está ahí y se antoja cautivador, pero sin embargo el ritmo de la película hace que el espectador pueda verlo pero no sentirlo. Y la película aborda sentimientos. Y no unos cualquiera, sino que relata una relación opuesta de amistad de dos mujeres afroamericanas de principio de siglo y el conflicto generado por la distinta forma que ambas tienen de ver la vida y de enfrentarse a la sociedad que les rodea. Es por ello que el punto fuerte de la cinta es el efecto que está dualidad de personalidades tiene en las relaciones más cercanas del personaje principal, y la película se difumina al intentar narrar algo tan concreto y complejo, siendo las actrices las únicas que procuran mantener el ritmo de la trama.

En consecuencia con esto, la cinta pretende estar a la altura del conflicto que plantea y se presenta en un lúcido blanco y negro, reforzando así la sutileza de la historia con una sucesión de escenas pausadas y silenciosas que llegan al espectador casi en un susurro. Pero este hecho, que sin duda es la mejor baza del producto, tampoco es suficiente para conseguir que todo lo que las protagonistas sienten transcienda más allá de la pantalla, y por ello, en todo momento reina la sensación de que lo que está ocurriendo entre los personajes es mucho más importante e interesante que lo que la película logra llegar a transmitir.

Junto a la elegancia formal, la mejor virtud de “Claroscuro” son sus dos protagonistas. Ruth Negga (Ad Astra, Loving), presenta una actuación mucho más histriónica y extrema que la ofrecida en la cinta dirigida por Jeff Nichols que le hizo optar a un óscar en 2.017, y Tessa Thompson (Universo Marvel, Creed, El amor de Sylvie), muestra una actuación contenida y sobria en la confección del personaje principal, y sin duda confirma que es una gran actriz melodramática y que tiene fundamentos propios del cine clásico.

Es por todo ello que “Claroscuro” se queda muy lejos de explotar todos los recursos que tenía a su alcance, y termina siendo una cinta que muestra sus carencias con demasiada facilidad, dejando la sensación de que todas las virtudes que en sus primeras escenas se intuían no terminan de ser aprovechadas.

*Un inicio directorial llamativo

Desde su estreno inicial a comienzos de este 2021 en el festival de cine de Sundance, Claroscuro (Passing en inglés) llamó mi atención por su interesante premisa. Tan interesante que Netflix adquirió rápidamente sus derechos para estrenar en su plataforma esta ópera prima de la reconocida actriz Rebecca Hall.

El papel más importante que ha tenido Hall ha sido en su aparición en la cinta de Woody Allen, Vicky Cristina Barcelona (2007), por la cual además consiguió una nominación a mejor actriz en una comedia o musical en los Premios Golden Globes. Pero ahora, con el estreno de Claroscuro, Hall nos muestra su nueva faceta con unos primeros pasos muy sólidos que dejan un dulce sabor de boca.

*En la boca del lobo

Claroscuro (Passing) nos presenta la dura realidad que ocurría en la época de los años 20 en Estados Unidos. Personas (en este caso el personaje interpretado por Ruth Negga) que dejaban atrás su color para convertirse en blancos y ser aceptados por una sociedad que los despreciaba. Un cambio de vida, un reinicio dentro de zonas llenas de blancos "ricos" americanos que aborrecían directamente a los afroamericanos.

El trabajo realizado por Hall al momento de adentrarnos en la problemática de aquel momento es sutil e impactante. Nos ubica en la vida de Irene Redfield (Tessa Thompson), una mujer feliz de sus raíces negras, mientras ve como una amiga (Ruth Negga) de hace muchos años aparece en su vida y comienza a quitarle con apariencias e ilusiones todo lo que más aprecia y ama en la vida, cuestionando su propia realidad como persona de color.

*Dos caras de la misma moneda

La química entre Thompson y Negga cumplen una labor crucial en la historia. Las buenas interpretaciones que dan de sus personajes polarizados ayuda a sumergirnos en esa lucha de clases de la que tanto hace reclamo esta historia. Más allá de esos pequeños monólogos que imparte el guion sobre las diferencias de ambas razas blancas y negras, la labor de las dos actrices con sus personajes cumplen totalmente su cometido.

*Influencia Woody Allen

La marca de Woody Allen en la directora Rebecca Hall está más que clara en Claroscuro. Luego de haber trabajado en dos ocasiones con el mítico director neoyorkino, se ve como Hall aprendió de su maestro y aplicó muchas de sus técnicas a su primera dirección. Planos muy a lo Allen, una banda sonora de blues y jazz y un planteamiento de ideas contrastado con un romance melancólico.

Es cierto que la cinta cuenta sus ideas pausadamente y puede que esa hora y casi cuarenta minutos a veces puedan pesar por sus largos diálogos y su transcurrir lento, pero Claroscuro (Passing) es una cinta que va "in crescendo" con su ejecución. Tiene elementos clave como una justificada composición encuadrada en blanco y negro, una perfecta dirección de fotografía, un vestuario de época magnífico y un enorme diseño de producción.

*Conclusión

El debut como directora de Rebecca Hall deja una muy interesante historia de ideas blancas y negras que se presentan muy lentamente pero que logran atraparnos en sus intenciones. Además, cuenta con dos grandes actuaciones protagónicas de Tessa Thompson y de Ruth Negga y unos elementos visuales y artísticos que le ponen la guinda a este clasista pastel de los años 20.

Escrito por Luciano Ferranti