De picos pardos a la ciudad (1969)

Indudablemente es una de las peores películas de Iquino. Se centra en las aventuras que corren en la ciudad dos individuos que vienen de un pueblo para resolver un asunto relacionado con un autocar y esta anécdota argumental está salpicada de un humor que aparte de no provocar risas en ningún momento resulta grosero realmente. Una frase tan basta como "eso es carne y no lo que echaba mi madre en el cocido" estropea ya directamente una obra de una desbordante vulgaridad en los diálogos e incluso en la técnica que Iquino emplea para traducir a imágenes el deficiente guión. Además va perdiendo la atención del espectador poco a poco hasta que llega un momento en que el espectador está ya aburrido. La verdad es que aparecen algunos personajes frívolos que ni siquiera tienen gracia para ser frívolos. Argumentalmente presenta un cierto parecido con una archiconocida y muy vista comedia de Paco Martínez Soria como es "El turismo es un gran invento" que estaba realizada con mucha mayor habilidad aunque no se tratase de ninguna obra brillante. Iquino había producido varias películas interesantes hasta mediados de los años 60 pero aquí tuvo uno de sus más lamentables tropiezos. Los únicos valores que tiene la película son el reparto donde encontramos a una desaprovechada Claudia Gravy y algunos aceptables fondos musicales. Una obra muy mediocre desarrollada con personajes sin interés.