Delfy y sus amigos (Serie de TV) (1992)

Tengo 21 años, he visto "Delfy" durante toda mi vida desde los dos años y me sigue gustando. Vale que la animación era un corta y pega del mismo plano de un personaje sobre los mismos fondos, pero lo bueno de esta serie estaba en los diálogos, en la banda sonora y en el doblaje. El gran Rafael Turia creó con su voz al mejor personaje malvado de una serie de dibujos animados que recuerdo: el Capitán Vinagre. Ninguna serie, salvo quizás "La Aldea del Arce", tiene la suerte de poder contar con un malo tan entrañable y simpático. Sus conversaciones con el resto de personajes eran siempre originales, divertidas e incluso con cierto toque adulto que yo por lo menos no llegué a entender hasta que fui más mayor, y eso me encantaba.

La serie alcanzó su momento de gloria en las tramas entre los capítulos 27 y 65, que fue cuando pasó a emitirse a Antena 3 y la serie dejó de ser tan infantil con temas como la competitividad, la magia o el bosque para pasar a tratar temas como el agujero de la Capa de Ozono, la caza de ballenas, la marea negra o la guerra. La pena es que desde el capítulo 66 al 91, con el que se cierra la serie, los dibujos y tramas son un refrito de los anteriores capítulos y ya nada es nuevo excepto el doblaje. D´Ocon se pasó un poco reciclando, pero aún así crearon una serie que recordaré toda mi vida.

Para mi, el Capitán Vinagre es mi fiel amigo.

Cuando he recobrado la conciencia he tenido que volver a leer el dato: ¡92 episodios!. Cuando uno piensa la de series de calidad que han retirado de programación con apenas un puñado de capítulos, la lógica nos dicta solo dos opciones:
- Este truño animado salía muy barato de hacer, como con troqueles y dale a la máquina, Chin-Fu.
- Algún cuñadito debía estar de directivo por esos entonces.

Y es que Antoni D'Ocon siempre fue más un hombre de cantidad que de calidad, y de colorinche para que los más pequeños de la casa no puedan apartar la mirada: por lo demás delfines parlantes, tramas ecologistas y muucha ingenuidad.