Por un ataúd lleno de dólares (1971)

Lo más sensato es que el título haga, al menos, alusión a la película. En este caso, el ataúd lleno de dólares queda por completo "off scene", ni rastro de ataúd en 80 minutos de metraje.

Salvo el grave error anterior, la película está bien en lo que a trama respecta y creo que con este guión se puede hacer una gran película, pero Fidani realiza unos tiroteos alargados sin tensión y un videoclip entre medias que ralentiza la trama.

Klaus Kinski eleva la calidad del film con su mera presencia y justita interpretación, regalándonos un trepidante duelo final.

Spahettis de "clase B" que empañaron un sublime género, pero que su visionado nos pueden traer 80 minutos de buen entretenimiento.

Inserto como estoy en estos días en un especie de maratón de 'spaguetti-westerns', y muchos de ellos con la firma de Demófilo Fidani ( y si alguien se molesta en ver por orden de fechas mis votaciones y críticas, lo comprobará), he llegado a conclusión de que este director es un subgénero en si mismo. Aunque sea bastante mediocre. Y esta no es la peor de sus pelis, desde luego.

Porque no cabe duda que hay en Fidani un cierto estilo: la sequedad formal, el ir directa, (demasiado) directamente al grano, la suciedad de la puesta en escena, el deleite en las balaceras...lo esquemático y básico de los argumentos, la practica inexistencia de diálogos basándolo todo en la imagen...

En esta la fotografía de D'Amato no es mala, y el recreo en zoom y primeros planos en exteriores al atardecer hasta le queda de vez en cuando resultón Y hasta casa bien con la música, que tiene un tema de apertura y cierre bastante molón y no chirría cuando es incidental.

Reúne además en el elenco a casi toda su 'troupe' ya vista en anteriores cintas, empezando por su hija (Simonetta Vitelli), que una vez más será secuestrada por los malotes. Y siguiendo por Jack Betts, Benito Pacífico; Attilio Dottesio y tantos otros nombres que se repiten. Incluido Gordon Mitchell, que sigue con papeles de cierto alivio cómico, o el mismísimo Jeff Cameron, que (vete a saber por qué) aquí está menos inexpresivo y estático que otras veces en que interpretó al protagonista.

La novedad en el reparto, respecto a otras pelis de Fidani, es la presencia de Klaus Kinski, cuya mera presencia en los planos en que está proporciona interés.

Y la peli puede disfrutarse, qué duda cabe. Pero la profundidad de trama, que vuelve a implicar el tema de la venganza, con un reloj por medio, no tiene un calado mínimo. Por no hablar de la interactuación entre personajes, que vuelve a no existir.Aunque en algún momento haya algún amago de ello, como cuando el grupo compuesto por Nevada Kid (Jeff Cameron), el cazarrecompensas John (Gordon Mitchell), la chica (la hija del dire) y el esclavo negro recién liberado (Rai Sanders) se reunen en la cabaña esa que Fidani saca en todas sus pelis y que siempre es la misma.

Estaban las bases puestas para que aquel grupete simpático y moloncete de gente diversa que ya hemos ido conociendo un poco y con quienes hemos ido simpatizando a lo largo de la peli interactuaran y se conocieran algo entre sí. Pero oye, ni una broma, ni una mirada pícara ni una confidencia, ni una línea de diálogo acerca de su pasado con la excusa de la cena..¿A qué ese minimalismo? ¡¡Guión, señores, guión!! Y mira que la cosa estaba a huevo y la atmósfera estaba creada. Aunque no se fuera a lograr lo mismo que Hawks en sus famosas y mágicas secuencias de grupo en interiores de "Río Bravo" (1959) o "El Dorado" (1967)...y mira por donde el negro canta una cancioncilla...Pero todo se queda en esbozo de lo que pudo haber sido y no fue...aunque para mí sea el mejor momento, siquiera por lo que sugiere y no da.