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The Child I Never Was (2002)

The Child I Never Was
83 min.
6,0
55
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Sinopsis
Entre 1962 y 1966, cuatro estudiantes fueron violados, torturados y asesinados en el Ruhr alemán. El autor de los crímenes fue Jürgen Bartsch, más tarde bautizado por la prensa como "La bestia de Langenberg", que contaba con 15 años de edad en el momento del primer delito y 19 cuando fue acusado. Su confesión, durante la terapia en el sanatorio Eickelborn, es el telón de fondo para este viaje a lo más oscuro de una mente perturbada. (FILMAFFINITY)
Género
Thriller Drama Basado en hechos reales Asesinos en serie Abusos sexuales Crimen Años 60
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Alemania Alemania
Título original:
Ein leben lang kurze Hosen tragen (The Child I Never Was)
Duración
83 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
5
El niño que nunca fui
Terminando de ver “Ein Leben lang kurze Hosen tragen” (Use pantalones cortos de por vida - 2002) de Kai S. Pieck con Tobias Schenke, Sebastian Urzendowsky, Ulrike Bliefert, Walter Gontermann, Jürgen Christoph Kamcke, Sebastian Rüger, Stephan Szasz, Roland Riebeling, entre otros.

Drama alemán traducido del inglés como “El niño que nunca fui” se basa en una historia real, y reconstruye la historia de vida criminal del 4 veces asesino en serie alemán, Jürgen Bartsch, más tarde bautizado por la prensa como “La bestia de Langenberg”; el caso del delincuente sexual Bartsch en la historia de la jurisdicción alemana, fue el primero en incluir factores psicosociales del acusado, que provenía de un entorno temprano violento, para establecer el grado de pena.

La narrativa se presenta a modo de “flashbacks” cuando Jürgen tenía 15 años cuando cometió el primer asesinato y lo atrapan a los 19 años.

Así, años más tarde, en El Sanatorio de Eickelborn, Jürgen recuerda y revela su ser más íntimo en un monólogo a veces extraño...

Este es un relato ficticio que se emplaza entre 1962 y 1966, cuando Bartsch ya había matado a 4 niños de entre 8 y 12 años, y se estimaba que había cometido más de 100 intentos homicidas más; donde el método del asesinato era la paliza y el estrangulamiento, luego el desmembramiento en la mayoría de los cuerpos, donde les sacó los ojos, decapitó los cuerpos y extrajo los genitales.

No obstante, el asesino fue capturado y sentenciado a cadena perpetua, donde murió en 1976, debido a un error en el procedimiento anestésico durante su castración voluntaria.

Su confesión real, durante la terapia en El Sanatorio Eickelborn, es el telón de fondo para este viaje a lo más oscuro de una mente perturbada; pues vemos 2 perspectivas:

Una el “flashback” y otra la confesión, donde expresa su deseo por no crecer, los insoportables años en una escuela católica y la atracción homosexual.

Todo dicho en parte como recreación y en parte como “confesión grabada”

En su debut, el director y escritor Kai S. Pieck basa el guión en el libro “Jürgen Bartsch: Opfer und Täter” (Jürgen Bartsch: Victimas y Perpetradores – 1991) del germano-estadounidense Paul Moor, quien se puso en contacto con Bartsch después del primer juicio, y durante 8 años se convirtió en una especie de figura paterna para el asesino de 19 años.

El caso provocó una reacción histérica colectiva en Alemania Occidental, que no había ocurrido desde El Caso Haarmann; pues el público estaba conmocionado y completamente ignorante de los hechos de Bartsch, y aparecieron artículos de prensa casi exclusivamente condenatorios de antemano, en los que los escritores estaban asombrados de que una persona que crece en circunstancias supuestamente sólidas, pueda convertirse en una bestia así.

De esa manera, Moor se quedó perplejo cuando leyó en los informes del periódico, como que Bartsch, de 19 años, había sido bañado por su madre adoptiva hasta el día de su arresto, por ejemplo... y se interesó por el caso, también en el contexto de una gran miseria en su propia infancia, y cuando comenzó el juicio de Bartsch en 1967, participó como reportero.

Así, Moor informó que se sintió solo en el proceso porque no podía compartir las actitudes básicas que el público mostraba hacia Jürgen Bartsch.

Para él, se hizo cada vez más evidente que Bartsch no solo era un perpetrador, sino también una víctima antes y al mismo tiempo.

Fue entonces que Moor se puso en contacto con Bartsch por escrito; y en el período de enero de 1968 a abril de 1976, recibió 250 cartas suyas; donde Bartsch aprovechó la oportunidad para contar con gran detalle la historia de su vida.

Y es que en Moor, Jürgen tuvo su primer y único oyente, quien siguió con preguntas, unas que a menudo llevaba orientación psicoanalítica para poder intentar comprender su mente criminal.

Todo ese material apareció en el libro “Das Selbstporträt des Jürgen Bartsch” “El autorretrato de Jürgen Bartsch – 1972) y además de gran parte de la correspondencia entre Bartsch y Moor, el libro también publica las circunstancias de ambos procesos, las diferentes percepciones públicas del caso, antecedentes detallados y en algunos casos cita las grabaciones que se hicieron para el interrogatorio y tasación de Bartsch.

Más tarde, Moor complementó su trabajo con más cartas y declaraciones de Bartsch; y en 1991 publicó la versión final de sus representaciones y hallazgos sobre el tema de Bartsch, bajo el título que se basa el filme.

SIGO EN LA ZONA DE SPOILER POR FALTA DE ESPACIO
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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