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Me casé con un nazi (1940)

Me casé con un nazi
77 min.
6,2
32
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Sinopsis
Nueva York, julio de 1938. El alemán Eric Hoffman y su esposa Carol, una crítica de arte neoyorquina, emprenden con su hijo un viaje a la ciudad natal de Eric para ayudar a su padre a resolver ciertos problemas comerciales. Eric se reencuentra con Frida, su amada de la infancia, que se ha convertido en una fanática defensora de los nazis. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Nazismo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Man I Married
Duración
77 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
8
“Llevamos casados ocho años y de repente es un extraño”
Nueva York, 1938. Un matrimonio viaja a Alemania de donde él es originario. Antes de partir reciben el encargo de su amigo el Dr. Gerhardt de sobornar a los guardias para liberar a su hermano del campo de concentración de Dachau. Con este inusual comienzo se inicia esta más que interesante producción antinazi de Darryl F. Zanuck para la 20th Century Fox. En Alemania, donde visitan a su padre, un industrial contrario a los nazis, encuentran un país envenenado, entre severas estrecheces y una asfixiante propaganda. Alli él se deja seducir por el falso oropel de orden de los alemanes mientras ella no se deja engañar, lo que provocará su progresivo distanciamiento.

Por la película desfilan alusiones a campos de concentración, guardias de asalto humillando a minorías –checos en la peli aunque uno piense inmediatamente en judíos-, referencias a la Legión Condor y a su labor en España junto a episodios de miedo generalizado, silencio, censura y lavado de cerebro en un gran guion que no abusa de la propaganda y en el que hay alguna escena verdaderamente perturbadora como el momento en el que el anciano obligado a recoger basura de las calles entre la rechifla de la muchedumbre y los guardias de asalto, implora que le dejen cambiarse para no manchar su único traje y vuelve a bajar ahora pero con su antiguo uniforme del ejército alemán, del que formó parte en la primera guerra mundial y con el que obtuvo una cruz de hierro, máxima condecoración del ejército alemán, que luce en la solapa.

Con un magnífico final que no conviene desvelar, unas buenas actuaciones de Joan Bennett y Lloyd Nolan y no tan buena de Francis Lederer como el marido alemán es un film inteligente, equilibrado e interesante que se eleva por encima de la media de este tipo de productos de propaganda.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Antifascismo pionero
Esta película sería de destacar siquiera fuese por el hecho de haber pasado a la historia como la única, además de "El Gran DIctador" (Charles Chaplin, 1940), en la que Hollywood llevó a cabo una denuncia del nazismo antes de que Estados Unidos entrara en la Segunda Guerra Mundial.

Algo que cuando, años después, PIcher fue tachado de comunista durante la llamada 'caza de brujas' , parece que incluso tuvo que hacerse perdonar por haber sido un antifascista "demasiado prematuro". La cosa tiene narices si se tiene en cuenta que, ya tras la entrada en guerra de los norteamericanos, la industria produjo películas, como, por ejemplo, "Misión en Moscú" (Michael Curtiz, 1943), no ya declaradamente antifascistas sino de amistad y glorificación de una Unión Soviética entonces aliada.

Pero es que, al margen de esas consideraciones sobre su carácter pionero, lo que hay que decir es que el filme es estupendo; vibrante y muy perspicaz en su denuncia del régimen hitleriano y de quienes entre los alemanes lo respaldaron, que no fueron todos; y narrativamente muy fluido, de esos que te atrapan y no te sueltan hasta que no se resuelven. Y en el que Pichel vuelve a demostrar su talento.

Y es que este olvidado director ya había demostrado de lo que era capaz cuando tenía algo de presupuesto en "She" (1932) y en "El Malvado Zaroff" (1935), dos filmes de aventuras para la RKO. Tras hacer unos cuantos filmes menores para la Republic, además de la curiosísima "The Great Commandment", volvería a filmar películas para una 'major', la 20thFox, que en 1940 estrenó nada menos que tres películas suyas.

En "Me casé con un nazi", Joan Bennett está inmensa como la esposa y madre cada vez más atribulada y asombrada por la metamorfosis que su marido (Francis Lederer) va experimentando desde que llegan a Alemania y por el propio horror al que le va siendo dado asistir. Pero también es muy de destacar el rol de Lloyd Nolan, el simpático periodista americano que la socorre y que representa en el filme la conciencia de América y muchas de cuyas líneas de diálogo parecen hoy proféticas, como cuando advierte de que, aunque el Tercer Reich será finalmente derrotado, antes "hará mucho daño".
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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