La última película de terror (2003)

Hecha con más ideas y entusiasmo que medios, Last horror movie es un apañada película que sigue el "quehacer" cotidiano de un asesino en serie. Cámara al hombro (literalente) y no sin una alta dosis de ínfulas, este mediático psicópata pretende realizar la película de terror definitiva. Un film en el que, obviamente, él mismo será el protagonista y maestro de ceremonias, y que nos impartirá una suerte de disertación sobre la moralidad del crimen y las mejores técnicas homicidas.

Un rápido repaso al género servirá para constatar que La última película de terror, pese a su inmodesta presunción transgresora, no aporta nada novedoso al género. Su formato de falso documental aplicado a la temática psyco-killer ya fue explotado con excelentes resultados por la belga Ocurrió cerca de tu casa (1992); su incómoda cercanía recuerda demasiado a la imprescindible Henry, retrato de un asesino (1986); y el narcisista humor negro del protagonista está directamente emparentado con la novela de Bret Easton Ellis, American Psycho (adaptada al cine 3 años antes que esta película). Efectivo y meritorio intento de innovar que sólo se queda en eso, el intento.

“The last horror movie” o “La última película de Terror” es un juego de palabras que dice al espectador que será lo más terrorífico que ha visto nunca y que nunca más volverá a ver nada tras ella a un tiempo…

El planteamiento de este film inglés es medianamente interesante y peculiar. Comienza como cualquier otro film de terror barato, con una camarera acosada en un restaurante de carretera por el psyco-killer de turno… pero la película se corta y surge el verdadero protagonista, un asesino en serie que asegura estar grabando su propio documental y copiándolo encima de la película original. Su documental no es otro que su propia y despiadada vida, sus crímenes, su modus operandi como consumado asesino en serie, nos enseña cómo matar, como deshacerse de los cadáveres…etc.

El punto de partida es de interés, y el final aunque inverosímil, tiene su punto… pero poco más. Soy de la opinión de que con un hilo argumental así, podía haberse sacado mucho más provecho de la idea, está presentada a trompicones, ahorrando truculencias (que hubieran dotado de más realismo al documental y se supone que el autor es lo que pretendía…luego…¿querían ahorrar en maquillaje?)… eso sí, varios de los (eternos) discursos del protagonista no tiene precio en su análisis de la psique de los espectadores, de lo que piensan, de lo que sienten, aunque en su mayoría son vacíos, alguno llama positivamente la atención.

No obstante, el conjunto es fallido y la película acaba resultando un producto bastante mediocre, que si bien no es desdeñable para pasar un rato entretenido viendo algo diferente, si que resulta prescindible.
Enoch