Volavérunt (1999)

Es falso aquello de que en España no se sabe hacer cine de calidad. Aquí, cuando se quiere, se hacen trabajos que nada tienen que envidiar a lo que se hace por el extranjero. Nadie es profeta en su tierra; el cine, al menos en España, es un claro ejemplo.

Pero lo que sí es cierto es que cojeamos una barbaridad cuando se trata de hacer cine de época. Si sientes la extraña necesidad de aburrirte como un condenado confía en los siguientes títulos; El rey pasmado, Goya en Burdeos, Juana la Loca ó Volavérunt. Y dicho sea de paso, me niego a ver Alatriste por el mismo motivo.

El precioso vestuario, la majestuosidad de los palacios, las siempre acertadas localizaciones... todo deja de impactar cuando descubres que a pesar de llevar mucho rato tragándote un rollo descomunal, aún te quedará para largo ya que si se trata de retratar la historia española, los cineastas no se conformarán con los apañados y agradecidos 90 minutos. Ellos querrán más.

A los actores también se les sube a la cabeza. Cuando hacen de ordinarios como pez en el agua; pero cuando les dan un personaje de conde ó duquesa...

Yo prefiero rascarme la panza viendo a un americano cargándose marcianos que hacerlo mientras veo esto, ya que mejor es tragarse una ficción entretenida que una realidad soporífera.

Volavérunt no es nada recomendable. Aléjate de ella.

Volaverunt, es la apuesta más ambiciosa de Bigas Luna, tras dirigir la honesta y delicada La camarera del Titanic. Bigas decidió apostar de nuevo por una gran producción e introducirse en las alcobas de la alta sociedad de los tiempos de Goya. Las aventuras y desventuras que Bigas nos propone (siempre con su característico exceso de erotismo) no podemos tomarlas como un fiel reflejo de aquella sociedad, resulta exagerado y algo surrealista, aunque podríamos orientarnos…
Este film, fallido para muchos basa su argumento en las circunstancias que llevaron a la muerte de la Duquesa de Alba. De esta forma la segunda parte de la película recurre a la reposición de los hechos, intentando acercarnos a la realidad de lo que pasó la noche en que murió la duquesa, tal vez sea este uno de los grandes errores de la película, que conforme van reponiendo los hechos, el interés del espectador por saber lo que realmente ocurrió decrece de tal forma que la película se hace larga y repetitiva. El comienzo resulta algo más atractivo aunque no demasiado.
De este film podemos destacar la excelente dirección artística (vestuarios impresionantes, maquillaje y peluquería muy cuidados y el gran acierto de los decorados así como los exteriores; los palacios escogidos son un gran fondo para esta historia).
Otro de los aciertos fue sin duda el reparto: Ver a Penélope y Aitana bailando y rivalizando (en un momento donde la rivalidad en sus carreras era incuestionable), no tiene precio. Aitana es la protagonista, pero Penélope le roba los planos arrancando lo mejor de si misma para un papel de maja desnuda, que le va “que ni pintado”. No obstante las dos están a la altura (Aitana ganó incluso, una Concha de plata). En cuanto a Jordi Moyá y Perugorría, resultan algo inadecuados a sus papeles sobre todo Perugorría, pero están correctos.
Es un film con carencias en la arteria principal de las buenas películas, el guión, aunque vale la pena verla solo por ver el gran despliegue de medios que Bigas nos pone para lucir sobre todo a sus actrices favoritas.