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Todos a la cárcel (1993)

Todos a la cárcel
99 min.
5,6
5.384
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Disponible en:
Suscripción
Escena (Español)
Premios
1993: 3 Premios Goya: mejor película, mejor dirección, mejor sonido
"Simpática y coral comedia llena de caras famosas"
[Diario El País]
7
El Berlanga más gamberro
No sé si porque falta Azcona en la elaboración del guión o porque Berlanga estaba en un momento de crisis creativa, pero lo cierto es que "Todos a la cárcel" es como trasladar "La escopeta nacional" de escenario - con el mismo protagonista, "Saza", queriendo hacer negocios con los que tienen influencias - y hacerla más graciosa a base de zafiedades (sale Santiago Segura en su línea de secundario "encasillado"). No obstante, curiosamente, la película funciona de nuevo gracias sobre todo a su galería de personajes pintorescos.
Sin ser la mejor de uno de los grandes del humor español, resulta divertida y nuevamente crítica con la corrupción política, la manipulación de los medios y esa particular perspectiva sobre los ladrones que se refugian en un paraíso como España, donde antes tanto se hacía la vista gorda. Atención incluso a Torrebruno como banquero mafiosillo de tres al cuarto.
Lo mejor: Luis Ciges en su rol surrealista de jubilado agrónomo bosnio adoptado.
Lo peor: La trama de Tornicelli es muy confusa.
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30 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Empacho de berlanganadas.
¿De qué va?:

A principios de los noventa, y en el contexto de la corrupción política y la cultura del pelotazo en su máxima expresión, Berlanga coloca a Sazatornil en una especie de nueva lectura de la brillante La escopeta nacional (1978). El argumento gira en torno a unas jornadas del Día Internacional del preso de conciencia en la prisión de Valencia, donde caraduras de todo tipo y condición, desde curas a políticos pasando por empresarios y funcionarios pululan por el recinto en busca de sacar tajada...

Crítica:

El director valenciano pone sobre el tapete su estilo clásico, nada que reprochar en ese sentido, a los que van con sus ideas hasta el final hay que respetarles. Sin embargo ese estilo tantas veces aplaudido con razón (La vaquilla, La escopeta ancional, Plácido. Sólo por citar algunas), en esta ocasión provoca sobredosis berlanguiana aguda. Desde el principio se le da al espectador mucha más información de la que puede digerir, muchos más chascarrillos de los que puede asumir y mucho más descontrol del que es mentalmente asumible. En realidad llega un momento en que la historia es devorada por los personajes, que son lo único a lo que uno puede agarrarse aquí.

Como digo, los personajes tienen bastante enjundia, el reparto es de una calidad indiscutible y todos dan lo mejor de sí, Galiardo inconmensurable y arrollador como siempre, Saza haciendo su papel eterno de puteado crónico y haciéndolo muy bien, Sacristán convincente y locuaz, Agustín González en su línea, Alexandre o López Vázquez no hace falta ni decirlo pero...

Berlanga fracasa en esta ocasión quizá porque repite en exceso fórmulas que le funcionaron bien en el pasado o quizá por la ausencia del siempre fundamental Rafael Azcona en la creación del guión, pero el caso es que el cine de Berlanga fue paulatinamente decreciendo en calidad conforme fue creciendo la libertad en España. Algunos dirán que es la edad la que no perdona, pero yo creo que la maldita censura, paradójicamente, nos dio la oportunidad de ver las mejores películas del genio valenciano, películas que hubieran sido muy distintas posiblemente de no haber contado con la amenaza permanente del tijeretazo, de la prohibición, que hace que los creadores a veces den lo mejor de sí mismos para esquivarla y creen obras con varias capas. Todos a la cárcel sólo tiene una, la del exceso, un exceso berlanguiano indigesto por repetitivo y excesivamente grosero. Un poco de la contención obligada de antaño no le hubiera hecho ningún mal a la película.
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35 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
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