El hombre más duro (1983)

Película bastante desconocida, al menos en España, nacida al calor de Rocky Balboa, el personaje inagotable de Sylvester Stallone.

Fleischer, director notable ("Cuando el destino nos alcance", "Conan el destructor",) al final de su dilatada carrera, se rodea de actores promesas como Dennis Quaid, o semiconocidos como el veterano Warren Oates, y la siempre envolvente Pam Grier, para articular una historia de un perdedor, que se niega a renunciar a su sueño de ser cantante country, pese al empuje de su entorno más cercano (esposa con hijo, padres) y por qué no decirlo, de la realidad cotidiana.
En plena fase de huida hacia adelante, encuentra la oportunidad de conseguir ingresos extras, cuantiosos y rápidos en una serie de combates, una suerte de espectáculo televisivo boxeístico denominada "el hombre más duro" (Tough Enough), organizados por un manager sin escrúpulos (Warren Oates).

La película entremezcla la dificultad de Art Long (un Dennis Quaid físicamente esculpido ¡ menuda tableta! ), por abrirse camino a golpe de puñetazos y dar a conocer su música, con sus problemas conyugales. Resulta entretenidos los combates, con contrincantes de todo tipo y tamaños, bastante salpimentados con humor, quizá lo más destacado.

A pesar de su irregularidad, sobre todo en el montaje, no se hace del todo aburrida, pero tampoco nos llevará a estar 90 minutos encantados en una sesión de baño y masaje. Quizá con un guión más consistente y menos infantil, con más mordiente y no tan deudor de "Rocky", la película podría haber alcanzado un status mayor, pero finalmente acaba por resultar convencional, a pesar de algunos guiños.

Lo mejor: los combates, la escena en que reparte los 5000 dólares por la casa, Dennis Quaid, el sorprendente guiño homosexual por inesperado.

Lo peor: la inconsistencia, lo previsible, el guión.

Joder, me la imaginaba fuera de lugar, pero no tanto.

Conflictos personales enterrados entre montañas de misoginia, racismo, homofobia y machismo. Porque el country es también de hombres, ¡Que coño! Si hay que demostrarlo a base de golpes se hace y punto.

Algunos pasajes son realmente vergonzosos.