Innocent Thing (2014)

Todo vale, en el amor y en la guerra.

Lo interesante y apetecible de esta película es observar un argumento que, fácilmente podría haber protagonizado el Richard Gere o Michael Douglas de la buena época, con su alumna lolita correspondiente, en manos de una producción coreana, en concreto del sur -especificación para no confundir ni molestar a posibles-, y ver qué tal el resultado del trabajo..., en este caso bueno, satisfactorio, del que sales contenta de la elección, sin duda alguna.
Un dramático thriller, introvertido y contencioso, de menos a más en su presión y tensión de enredo, donde las emociones perturbadas de la inocencia se convierten en puñales acosadores de una adolescente pasional y obsesa, que obtendrá su objetivo cueste lo que cueste, pues su visión enamorada es de juicio sentenciador y persuasivo, en esa lucha por el encantado hallazgo del amor verdadero.
Una “atracción fatal” del mundo académico que repercute en el familiar hasta límites irreversibles, asedio de locura que turba y tienta tanto si, culpable eres porque caes o, ¿perdonable dada la invitación insistente?; infierno tanto en caso de adulterio como de loable resistencia, la enseñanza y la complicada relación de poder entre quien admira, dada su inexperiencia e inmadurez, y de quien es adulado, ante unos ojos que le veneran y elevan a los altares del cielo.
Bella y peligrosa juventud que cree mover montañas, atravesar muros y vencer a todos los Goliats con tal de lograr el beso de su amado Romeo; romance que da un giro inesperado, al volver tan lujurioso deseo en tortura acechadora, de calma inquieta y angustia desesperante.
Una muñeca dulce, joven, simpática, risueña, ante la cual la mente adulta olvida su responsabilidad de pose y actitud adecuada, y ante la cual no deja de imaginar esa libertad y osadía del atractivo de lo prohibido, que tanta fantasía genera, más si se está al alcance; pero todo tiene consecuencias, más cuando no hay marcha atrás, en la recreación imaginativa de quien está enamorada de la idealidad romántica del amor.
Adorada seducción que degenera en malicia de incómoda cercanía, donde todos pierden los papeles y cruzan la línea de la cordura; impredecible venganza ante el rechazo, desorden pensativo de actos violentos, obligada defensa ante los imprevistos, esquivar el temporal según venga, obsesión de Julieta por su esquivo enamorado, protección agresiva de lo propio, debate inquisidor de sentimientos contradictorios..., secretos, en manos compartidas, que quiebran ese triángulo de puntas y aristas que arrastra a sus miembros, sin solución oportuna para nadie.
Es un aliciente curioso la procedencia de la cinta, pues el argumento no es nuevo en su desarrollo, aunque está bien contado y enmarañado; emotivas sensaciones desbordantes que alegran y afligen, que dan felicidad para proceder al tormento, que va tomando el dominio de la situación a cargo de unos intimistas actores que facilitan la lectura, comprensión y envoltura del romance, de su intriga y resolución; mucho más intensa y voraz de lo que en principio da a entender, sube con aptitud la adrenalina para sugestionar su recorrido y abrazarla con gusto durante su transcurso.
De quien no teme a nada, pues nada tiene que perder, excepto a su gran y único amor, a quien lo teme todo por cobardía de no habla, por imprudencia de hecho, por riesgo de pérdida de lo poseído, aunque ya no sea querido por más tiempo; estrés y nerviosismo del ávido deseo en realidad vuelto, se complica el suspense con delicado compás, hasta llegar a esa insensatez de sentirse herida y cobrarse caro cada lágrima derramada, todo en aras de un amor que no dejará a nadie indiferente, pues nada volverá a ser lo que era.
Y..., “¿qué fue, si no era amor?”, la hermosa espina, que hacía latir con fuerza su corazón.
“Innocent thing”, algo inocente, de escalofriante desenlace.

Lo mejor; te cautiva, con sencillez, su trama.
Lo peor; se puede resolver con menos tiempo.

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Gashi es el fiel reflejo que una historia convencional en manos de un asiatico, en este caso Corea del Sur; puede ser una gran película de amor y un thriller tan intenso que hace explotar tu cerebro en mil pedazos.
Kim Tae-gyun es el encargado de brindar esta especie de atracción fatal junto a Lolita del cine Coreano, pero vaya que he disfrutado esta película como un niño. Yo me esperaba una historia mas de amor del cine coreano y para mi sorpresa esa sensación sólo duró treinta minutos cuando me di cuenta que no estaba más en presencia de una película romántica, sino más bien frente a una película que me volvería loco tratando de resolver mi propia inocencia sobre una historia que no estaba esperando.
Gashi es una película que tiene casi todo, una historia de amor desgarradora, erotismo y magia actoral. Es que la increíble y bella Jo Bo-Ah se roba el show con su psicótica actuación la cual logra llevarte por un carrusel de emociones, si bien Jang Hyuk es el encargado de recorrer el camino trazado por el guion y la dirección, es Jo Bo-Ah la encargada de seducirte y confundirte con su espectacular presencia en pantalla. Se apodera de un personaje que interpreta a la perfección.
La gracia que tiene esta película es la mezcla perfecta de cómo contarnos al parecer una bella historia de amor, la cual gracias a sus constantes giros de guion se va transformando en un punzante y poderoso thriller erótico. Una película que demuestra cómo el amor puede ser fatal en todas sus versiones y en esta película se refleja de diversas maneras los tipos de amor que una persona puede sentir y como también te puede llevar a tus máximos extremos.
Una película que es bella visualmente, como sonoramente donde aunque no lo puedas creer tiene grandes escenas románticas y diálogos de antología. Que son acompañados de magistral manera por una BSO que es el complemento perfecto par el trabajo del director coreano. Una película que hace amar el cine Coreano y mas nos hace amar a un mas el cine que te hace participe como espectador.