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Maroa (2005)

Maroa
102 min.
5,6
412
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Trailer (ESPAÑOL)
Sinopsis
¿Una niña de 11 años, audaz superviviente de la jungla de asfalto, fascinada por Mozart en medio de un acto delictivo? Imposible, o al menos improbable. El alimento cotidiano de Maroa son telenovelas cursis, changas y raps que interpretan al barrio, y por las noches, el chasquido de las balas, los disparos reflejados en las encuestas que cuantifican 130 muertos, cada fin de semana, en las barriadas de Caracas. Brígida, su abuela, adivinadora, tramposa y vendedora de lotería, la maltrata y le exige rendición exacta de las cuentas, pero es su única familia. Impetuosa y decidida, la vida de Maroa no tiene futuro hasta el momento que escucha un clarinete. La conexión es mágica y profunda. Los días de Maroa giran en torno a las clases de música que imparte el músico Joaquín, tímido e incondicional, quien se interesa de inmediato por esta niña talentosa, carente de la más elemental disciplina. Joaquín, el único que siembra esperanza en su abandono, descubre que, a través de Maroa, su mundo cambia para siempre. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Venezuela Venezuela
Título original:
Maroa
Duración
102 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Coproducción Venezuela-España;
Links
"La sensación continua de que está echando mano de las peores artimañas para provocar impresión de realismo resulta fatal. (...) da saltos sin sentido. (...) Hay demasiados fallos en el sonido directo"
[Diario El País]
"A pesar de los arquetipos que dominan la acción, la realizadora sueca afincada en Venezuela demuestra su pulso narrativo (...) Yorlis Domínguez, verdadero descubrimiento de esta cinta."
[Cinemanía]
6
Niñas de la calle
Realizada por Solveig Hoogesteijn, que escribe el guión con la ayuda de especialistas en lengua española y dialectología venezolana. Narra una historia de ficción inspirada en situaciones reales. Se rodó en Caracas y Madrid. Producida por Gerardo Herrero y la realizadora, se estrenó el 15-VII-2005 (España).

La acción tiene lugar en Caracas a lo largo de varios meses, en 1998/99, con un epílogo situado en Madrid años después (2004/05). Maroa es una niña de 11 años, huérfana, acogida por la abuela, Brígida (Elba Escobar), que la maltrata. Vive inmersa en un ambiente marginal, en el que abunda la criminalidad, la droga y la prostitución. No va a la escuela y gana el dinero que le pide la abuela, echadora de cartas y adivinadora, vendiendo estampas y colaborando en timos, hurtos y trapicheos. Detenida por la policía, es internada en un centro cerrado de menores, donde conoce a Joaquín (Tristán Ulloa), profesor de música y director de la orquesta infantil de la casa, a la que se incorpora como intérprete de oboe.

La película sitúa la acción en un marco de marginalidad y delincuenica, que describe con trazos firmes, elípticos y contenidos. Aúna pobreza, exclusión social, paro, ociosidad, desestructuración familiar y criminalidad infantil. Expone hechos en formato documentalista, sin juzgarlos. Denuncia la violencia policial, teñida de abusos de autoridad, incomprensión de la ralidad social y beneficiaria de impunidades reprobables. Contrapone dos formas de afrontar los problemas: el de la represión que practica la policía y el de los intentos de abrir caminos a la integración social mediante programas educativos de la UNESCO, de los que forman parte, entre otros, las orquestas infantiles y juveniles. El primero, aunque necesario, no soluciona los problemas y cuando se aplica de modo inconveniente genera efectos contraproducentes. El segundo tampoco resuelve los problemas colectivos, pero ofrece oportunidades individuales que en ocasiones dan buenos frutos. Entre profesor y alumna se establece una relación asimétrica: Joaquín profesa un afecto paternofilial a Maroa y ésta siente por él un enamoramiento inmaduro, imitativo, preadolescente y superficial. La trama dramática se apoya en las tensiones que surgen entre Joaquín y Maroa, por celos de ésta, y por la inviabilidad y riesgos que asume Joaquín al acceder a tenerla acogida en casa. A ello se añade una implacable persecución policial, que se asocia a la imagen fetichista de unas botas de goma embarradas e intimidatorias.

La música aporta una excelente banda original, alegre, colorista y a ritmo de rap. Se añaden canciones ajenas ("Tema de amor", "Danzón para Solveig", "Dímelo") y composiciones clásicas (Alleluya de Haendel, Sinfonía nº 40 de Mozart y otras). La fotografía acaricia la expresión fresca y vulnerable de Maroa. El guión evoca el mito de "Pigmalión" y el cuento de "La cenicienta". La película aborda una historia interesante, que sólo esboza y cierra de modo abrupto.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Maroa se ha robado el pentagrama de la sensibilidad
¿Quién ha pensado que la gente indigente tiene talento para actividades artísticas y/o intelectuales? Yo creo que realmente poca gente piensa en las capacidades artístico-intelectuales de estás personas que deambulan por las esquinas de las calles en grandes ciudades, pidiendo algunas monedas, limpiando parabrisas, vendiendo chicles o cigarros o incluso delinquiendo para su supervivencia. Para cualquier transeúnte lo anterior aunado al stress constante, la desconfianza, la paranoia y la difícil situación económica son suficientes factores para evitar cualquier contacto con ellos y tomar una posición de mayor precaución.

Maroa viene a ser otro ejemplar de estilo de otras películas entre las que podemos mencionar: De la Calle de Gerardo Tort (México, 2001) o La Vendedora de Rosas de Víctor Gaviria (Colombia, 1998), dónde en cada una se nos muestran las vivencias de niños expuestos al maltrato físico y psicológico, en ambientes llenos de hostilidad egoísmo. En el caso de Maroa su destino difiere un poco de las antes citadas, pero aún así conserva el género de cine social con denuncia.

Más que una cenicienta o una Julia Roberts marginal (con quien la han comparado), hay mucha confusión en el pensamiento de Maroa con respecto a la amistad y el amor (veamos que es una niña en plena formación), que no encuentra el cauce de su vida, aún con una guía confiable que le señala sus errores y sus grandes virtudes. El filme es una conjunción entre la denuncia de hechos que hostigan a los menores infractores, como una opción para la readaptación de los mismos por medio no solo de las actividades artístico-intelectuales, sino de comprensión y atención.

Tercer largometraje venezolano que a mi parecer es nada insustancial.
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2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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