Negociador (1998)

Es absolutamente entretenida, y pese a ser la historia cien veces ya vista del poli bueno al que una encerrona hace creer a sus propios compañeros que es malo, está realizada con mucho más mimo y profesionalidad que muchisimas otras películas de acción basadas en los mismos principios.

Aunque parezca que las estrellas vayan a ser Samuel L Jackson frente a Kevin Spacey (en su momento más álgido), los secundarios de lujo como David Morse, JT Walsh, o el incomprensiblemente excluido aqui en el reparto Paul Giamatti, tienen momentos en los que roban la escena claramente a los protagonistas.

No hará historia ni será un film mítico, pero entretenido lo es de verdad y no creo que pretendiesen mucho más que eso: asi que misión cumplida, y se recomienda para distraerse un rato, que se hace bastante breve aunque dure más de dos horas.

Y aquí está una de esas películas que ignoré en su momento y que ahora, después de mucho tiempo, me atrevo a ver. Lo curioso es que en estos casos no suelo llevarme una sorpresa tan grande como después de disfrutar de los 130 minutos que dura "Negociador". Hacía muchísimo tiempo que me ponía a ver una película sin mirar el reloj en ningún momento por estar tan inmerso en la trama. Sin duda, me alegro de haberla dejado para ahora, pues seguramente en su momento no me habría gustado tanto.

Pero bueno, entrando al tema, "Negociador" parte de una premisa no demasiado original pero si bien llevada a cabo. Se nos muestra a un Samuel L. Jackson realizando el papel de negociador bajo las órdenes de la policía. Por supuesto, su labor es darle charla al "malo", engatusarle con las palabras para que no cometa ninguna tontería. En segundo plano, se nos muestra su vida personal y su amistad con varios miembros del cuerpo. Total, que uno de ellos le revela que Asuntos Internos tiene distintos negocios turbios y de que su informador, siempre en secreto como marcan las normas, ha quedado esta noche con él para darle el chivatazo. Ironías del destino ocurre lo que suele en estos casos: El amigo de Samuel muere y claro, nuestro "motherfucker" favorito (ved Serpientes en el Avión en V.O.) está en la escena del crimen. El guión se enturbia de modo que los cargos implican en todo momento a Jackson, y él no contento con esta decisión intentará hacer ver al cuerpo de policía que le han tendido una trampa.

La trama está plagada de momentos interesantes y giros circunstanciales que la amplían. Por suerte, pese a ser un thriller cargado de acción, no estamos ante la típica cinta Hollywoodiense de turno sino que nos encontramos más bien con algo al estilo "Jungla de Cristal". Pese a ser muy larga, nunca se hace pesada gracias a la interpretación de tres hombres especialmente: Samuel L. Jackson, un Kevin Spacey notable y un buen David Morse. Los demás no desentonan pero al lado de estos dos primeros monstruos palidecen bastante.

Sea como fuere, desde luego no es ninguna Obra Maestra. Es una cinta de acción de las buenas, que sin tiros y sí con mucha psicología y grandes dosis de intriga atrapan al espectador durante más de dos horas sin aburrir en ningún momento. Una lástima no meterse más en la mente de los personajes (algo que "Seven" puede decir y bien alto), pues se consideraría hoy en día mucho más de lo que está. Recomendada sin duda alguna, obligada para los fans del thriller y una última recomendación: Vedla en V.O.; El doblaje es bueno, pero hay momentos donde merece la pena escuchar a Jackson y ver su forma de decirlo.