The Argyle Secrets (1948)

Cuando todavía era un niño y vivía en Scranton, Pennsylvania, EEUU (donde nació), Cyril Endfield mejor conocido como Cy Endfield-, tuvo una repentina inclinación por la magia, y con el apoyo de sus padres, pronto se hizo famoso como un niño prodigio en esta profesión, llegando a ser muy estimado por los mejores profesionales de la prestidigitación. Pero, Endfield se interesaría luego por el teatro (estudió en la New Theater School de New York), montando varias obras en Montreal antes de irse a Hollywood en 1941, donde haría algunos cortos con la MGM, para luego pasar a la dirección de su primer largometraje, “Gentleman Joe Palooka” (1946).

Su tercer filme, “LOS SECRETOS ARGYLE”, comenzó con un programa radial que Endfield escribiera para el seriado de la CBS, ‘Suspense’, y el éxito alcanzado lo animó a convertirlo en guion cinematográfico. Se trata de un periodista que es asesinado mientras se encuentra en un hospital, pues ha venido hablando de que posee un libro identificado como El Álbum Argyle, donde aparecen consignados los nombres de los traidores y especuladores que, durante la II Guerra Mundial, sirvieron a los nazis, sugiriendo también que, el gobierno estadounidense, se trajo a algunos oficiales del tercer reich para que compartieran "secreticos bélicos".

Como es de esperarse, enseguida aparecen los que están interesados en hacerse con el libro para usarlo en sus prácticas de chantaje y también aquellos que no desean que el libro se conozca por motivos personales. Entre tanto, Harry Mitchell, el asistente del periodista muerto, se convierte en la liebre perseguida por todos, pues, se especula que pudo haber matado a su amigo y colega, y también que es la persona que tiene, o sabe, como llegar al libro.

¿Por qué hablamos al principio del niño mago que fuera Cy Endfield? Porque, con 125 mil dólares y en un tiempo récord de tan sólo ocho días, rodó su film noir serie B, cuyo resultado es más que interesante, pues, además de que cuenta una historia con un excelente McGuffin (a la Hitchcock) tiene momentos que brillan cual Huston, Hawks o Tourneur, solo que hechos con las uñas y sin un solo nombre con cartel. Véase el encuentro de Mitchell con Marla tras la golpiza; la aparición del policía en casa de la señora Rubin donde Harry se esconde momentáneamente… o el encuentro cumbre con el hombre enigmático, y ya tenemos momentos muy bien trazados, que huelen a arte, aunque no posean los condimentos de una superproducción.

De paso, ya Endfield toma posición como un fuerte crítico de su sociedad y tiene bien claro que, el cine se hace grande cuando da la cara contra los “poderosos” que, día a día, conspiran en favor de intereses mezquinos, sin respeto alguno por aquellos a quienes pueden perjudicar.

El reparto incluye a William Gargan (Mitchell), un hombre altamente recursivo que hará las veces de perseguidor-perseguido y a Marjorie Lord, una suave belleza que se convertirá en una suerte de sombra bastante persistente.

Como cuota posconflicto, “LOS SECRETOS ARGYLE”, no es la suerte de filme dispuesto a elogiar y a tapar como tantos otros, sino que apunta a señalar los malos manejos que abundan en toda guerra… y esto también es necesario.