La intervención (2019)

Segunda película como director de Fred Grivois quien en esta ocasión nos cuenta la historia de una operación de rescate con rehenes en Djibouti (Última colonia francesa) en 1976, que dio a luz para crear el Grupo de Intervención de La Gendarmería Nacional (GIGN).
Un rodaje duro en Marruecos y un presupuesto limitado de 4 millones de dólares con un resultado más que aceptable.
La intensidad del film va creciendo hasta que llega a una terrible cuenta regresiva con un resultado inevitable. Cuenta con un guión también de Fred Grivois quien consigue crear una tensión a veces sorprendente de unos sucesos reales con algunas tramas y licencias añadidas.
También ayuda un buen reparto carismático destacando al líder del grupo Alban Lenoir y a la polifacética Olga Kurylenko que no se le supone problema rodar en cualquier idioma. Vincent Perez y Josiane Balasko tienen papeles más secundarios.
Tras el anuncio de una toma de rehenes en un autobus infantil, las autoridades francesas envian una unidad especial de la gendarmería. Un grupo de francotiradores muy entrenados. En Djibouti, descubren una situación compleja, el autobús está estacionado a unos diez metros de la frontera con Somalia, gendarmes y legionarios por un lado y soldados somalíes por el otro crean una atmósfera explosiva, mientras que en París luchan por una solución diplomática.
Los hombres de la unidad especial tomas posiciones y cada francotirador tiene su objetivo. La opción elegida: un disparo simultáneo, con el objetivo de derribar en el mismo segundo a todos los secuestradores. Varias veces, los operativos están listos para presionar el gatillo, pero las solicitudes de autorizaciones son rechazadas...
Un buen montaje de Baxter, colaborador de Alexandre Aja, acompañado de buena música y buena fotografía de Julien Meurice (La Horda) consiguen un buen thriller de acción que no tiene nada que envidiar a los films americanos.
Destino Arrakis.com

Inspirada en acontecimientos verídicos, esta producción francesa añade algunas licencias al guion para recrear el contexto de 1976 en Djibouti. Con un presupuesto limitado, el director consigue combinar la imagen y el reparto para ofrecer mucha acción.

El inicio sitúa al espectador en la última colonia francesa, donde los somalíes empiezan a rebelarse para conseguir la independencia. Con ese fin, deciden secuestrar un autobús escolar y llevarlo a la frontera, lo que desata las alarmas, ya que los niños podrían desaparecer para siempre. La Legión toma posiciones para contraatacar y, desde París, se decide enviar a una unidad de francotiradores para intervenir en el rescate (conocida actualmente como GIGN: Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional). De esta manera, se empieza a generar un clima de tensión, con varios niños en medio de un campo con los legionarios a un lado y un grupo de terroristas somalíes al otro. Además, los altos cargos prefieren ir por la vía de la diplomacia, una decisión fácil de tomar desde un despacho, sin estar presente en el conflicto.

Aunque con una buena premisa, el film funciona en gran parte gracias a los actores. Alban Lenoir realiza un gran trabajo en su interpretación de jefe de grupo, convirtiéndolo en un líder carismático con el que es fácil empatizar. También destaca Olga Kurylenko como profesora y pacificadora en la misión, una de las piezas clave, quien, como se puede observar en la cinta, tiene gran facilidad para rodar en varios idiomas.

Las localizaciones marroquíes en las que ha sido rodado el largometraje ayudan a sumergir por completo a la audiencia en esta historia. Los planos ambientan correctamente la narrativa y enmarcan la acción, que se desencadena inevitablemente. Sin embargo, las escenas con francotiradores, que empiezan siendo realistas, acaban pareciendo forzadas y posicionando a los hombres como una especie de superhéroes a los que la batalla casi no afecta. No obstante, hay que resaltar que el GIGN ha llevado a cabo en la vida real muchos rescates de rehenes de manera victoriosa por lo que, a pesar de aparentar idealizados, sus triunfos sí han sucedido.

Un relato desconocido por la mayoría –que Fred Grivois ha querido mostrar en la gran pantalla aprovechando al máximo los recursos de los que disponía– hace que La intervención no diste mucho de las grandes películas de acción americanas.

www.contraste.info