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Minbo: El arte de la extorsión (1992)

Minbo: El arte de la extorsión
123 min.
6,9
60
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Trailer (JAPONÉS)
Sinopsis
Film denuncia, en clave de comedia, sobre la permisividad de las autoridades respecto a la organización criminal de los Yakuza... (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Sátira Yakuza & Triada Secuela
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Minbo no onna
Duración
123 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1993: Japan Academy Awards: 2 premios. 9 nominaciones
7
El hombre que se enfrentó a la yakuza y vivió para contarlo
En efecto, el hombre. Sonará extraño teniendo en cuenta que la que planta cara a esos mafiosos nipones es una mujer.
Pero no estamos hablando del personaje de la película, sino del hombre responsable de la misma, un cineasta que le echó narices y comenzó una guerra contra los yakuza al estrenarse "Minbo", puede que la obra más notable de su filmografía, aunque no sin sufrir, por supuesto, las oportunas consecuencias.

Pero para consecuencias las que le ha tocado vivir al pobre Kobayashi, que tiene que sufrir día sí, día también, los constantes hostigamientos de diferentes clanes yakuza en su lujoso hotel Europa; cuando sucede algo los clientes no pueden presentarse como testigos porque serían liquidados y la policía no hace nada, por falta de pruebas o sencillamente, porque son sobornados. Para paliar esta desastrosa situación, ya que en poco tiempo se celebrará una importante cumbre en la que van a asistir personalidades de todo el Mundo, Kobayashi designa a Suzuki y Wakasugi, el contable y el botones del hotel respectivamente, para negociar con esos gangsters y lograr que abandonen el lugar...
Lo malo es que esta asustadiza pareja es la menos indicada para un trabajo de tal calibre, y más cuando los jefes de dos poderosas familias se pasean por el hotel como Pedro por su casa. En mitad de esta tormenta sin precedentes, aparece en escena y sin previo aviso Mahiru Inoue, una abogada que se ha especializado en tratar con los yakuza cuando alguien se ve en apuros por culpa de ellos; las rencillas y amenazas darán paso a una guerra declarada de inmensas proporciones, aunque esta eficiente y avispada abogada siempre esconde un as en la manga.

Estridentes, camorristas y fanfarrones, estos implacables y pendencieros gangsters están por todas partes (doy fe de esto, que estuve en Shinjuku), imponiendo como desean su propia ley en una sociedad que no se atreve a cuestionarles, quizá no hoy en día, pero ese era el panorama unos años atrás en Japón. Según me contaron los padres de mi novia, en realidad los yakuza son gente muy amable (sí, en serio), incluso protegen a los ciudadanos con bastante esmero...eso sí, métete con ellos o mírales mal y ya puedes refugiarte en una cueva en la montaña más alta del país o te encontrarán y desearás no haber nacido.
Esto es precisamente lo que pretendía denunciar Juzo Itami, el hombre del que antes hablábamos. Actor consagrado, es posible que muchos le recuerden por sus papeles en "Las Hermanas Makioka", "Lady Snowblood" o "Tratado sobre Canciones japonesas Obscenas", del maestro Oshima, aunque su carrera como director comenzó bastante tarde. Con cada una de sus películas criticaba muy duramente, aunque siempre por medio de la sátira y la parodia, un aspecto en concreto de su sociedad, lo que le llevó a ser respetado y querido por sus compatriotas además de ganarse una reputación de verdadero agitador; "La Inspectora", "Tampopo" o la que nos ocupa son algunas de sus obras más reconocidas.

En "Minbo", Itami se centra en denunciar la insatisfacción por la que pasaban los ciudadanos de a pie a causa de los abusos de la yakuza, donde se incluía chantaje, desfalco, intimidación, escándalo público, corrupción y asesinato; podían, además, manipular la opinión pública y mediática y lo peor es que las autoridades se mostraban demasiado permisivas. Pese a tratarse un tema tan serio y delicado como este, el director lanza su crítica a través del humor, satirizando y ridiculizando a estos mafiosos, cosa que les hizo muy poca gracia cuando se estrenó la película, ya que a ellos les gustaba verse como samuráis modernos, rectos y valientes, algo diametralmente opuesto a la visión de Itami, quien los representa como esperpénticos maleantes y criminales de tres al cuarto que visten ropas horteras y no dejan de chillar y gesticular de forma exagerada, y, para más inri, humillados por una mujer.
Esta caricatura es lo que eleva el nivel de la comedia hasta límites disparatadísimos, lo cual es la tónica dominante durante la mayor parte del metraje, pudiendo aproximarse al estilo de Seijun Suzuki, por ejemplo; uno no puede más que reírse con las descacharrantes situaciones imaginadas por el director poniendo al frente de éstas a unos personajes la mar de excéntricos, logrando muy bien que nos identifiquemos con ellos (las víctimas, se entiende). No obstante, durante la última media hora se sufre un cambio de tono radical, virando bruscamente del humor y la parodia al drama y la tragedia, aunque sin perder el marcado tono satírico que Itami impregna en todo momento, quizá eso le resta algo de sentido a la estructura del film (es la razón de que lo haya puntuado con un 9 y no con un 10).

En otros apartados, el grupo de actores que tenemos aquí es cosa fina. A la cabeza la encantadora y carismática Nobuko Miyamoto, esposa del director, quien la ha sacado en todas sus películas, seguida de la pareja de incompetentes Suzuki y Wakasugi, que parece una versión nipona de "El Gordo y el Flaco", encarnada por Yasuo Daichi y Takehiro Murata; impagables también los veteranos Akira Takarada, Hosei Komatsu, Hideji Otaki, Tetsu Watanabe y un Akira Nakao tremendo al que recientemente veríamos en "Outrage 2" de Takeshi Kitano, repitiendo de yakuza.
"Minbo" fue un bombazo de taquilla y gozó de una buena recepción internacionalmente. A todo el mundo le gustó salvo a los yakuza, que respondieron a ello asaltando a Itami, pegándole una paliza y rajándole la cara. El éxito de la película unido a la brutal agresión hacia su director fue la gota que colmó el vaso, provocando una protesta ciudadana general y que el Gobierno tomase cartas en el asunto para acabar con la mafia del país. Aunque las cosas hoy día sean muy distintas, la yakuza aún existe, por desgracia.

Con todo, polémica y escándalo incluidos, una pequeña gran joya del cine japonés que acabó influenciando a muchos otros directores, entre ellos Kitano, Tarantino, Takashi Miike o Sion Sono.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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