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En busca del avión perdido (1981)

En busca del avión perdido
108 min.
3,9
121
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Sinopsis
Un avión de la Segunda Guerra Mundial se estrella en un lago de las montañas de Nueva Zelanda. Muchos años después, un cazador lo descubre y habla de su hallazgo, sin saber que una banda de malhechores conoce la existencia de 50 millones de dólares en la bodega de carga del avión. Le amenazan a él y a su hija para que les guíe hacia el lugar... (FILMAFFINITY)
Género
Acción Aventuras Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Australia Australia
Título original:
Race for the Yankee Zephyr (Treasure of the Yankee Zephyr)
Duración
108 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Australia-Nueva Zelanda-Estados Unidos;
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4
Nueva Zelanda es una postal
Eran los años de "En busca del arca perdida". Así que a este film de aventurillas intrascendentes, se le dio un título en español que recordase en lo máximo al film de Spielberg. Pero no tiene nada que ver. Guión tonto, como los malos, que no saben ni nadar, aunque conducen las lanchas fueraborda como si fuesen playboys.

Quizás lo mejor del filme, aparte de los bellos paisajes de Nueva Zelanda, con sus valles glaciares, paisajes volcánicos y cañones angostos, son las persecuciones en helicóptero y en lancha. Sin duda, Hemmings sabe dirigir un filme de acción. Pero olvídense de la historia, y de las interpretaciones, donde solo brilla Donald Pleasance, aunque su personaje sea un auténtico pelmazo. Todos los personajes son estereotipos de lo más tópicos.

Y destacar también la BSO de Brian May, no el de Queen, sino el compositor de George Miller, el de Mad Max, muerto demasiado pronto y muy añorado. Todo queda en casa (australmente hablando).
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
El venao, el venao
Comedia aventurera añeja que no tiene ningún sentido.
Tres buenos (Lesley Anne Warren (no confundir con Lesley-Anne Down, más espectacular y fría), de risa maravillosa y simpatía a prueba de bomba, la hija o novia, Ken Wahl, pasmarote buenorro que pasaba por allí, tan mal actor como aparente y soso, el chico, el héroe, la carne con ojos, y el viejo o padre, Donald Pleasence, el de "Cul-de-sac" o "La gran evasión", haciendo el ridículo como borrachín sin fundamento ni criterio) y muchos malos (solo distingo al imperial y jotero George Peppard, "Desayuno con diamantes" y "El equipo A" son citas inevitables, calas en la cultura, las tengo en el frontispicio de mi alma grabadas a fuego, señaladas con rotuladores de colores, que aquí se lo toma a guasa y se ríe de todos, hasta de la madre del cordero, con modelitos llevaderos y unos gorros o sombreros que para las carreras de Ascot nos irían al pelo) y un tesoro. El resto es escombro, estorbo, bulto sospechoso, estupor, banalidad, toneladas de idiotez, puro relleno y malvado despropósito.
En Nueva Zelanda. Con pasado bélico que se pierde en el tiempo.
Solo tenemos, podemos ver, nos dejan disfrutar el hueso, el ABC, lo demás se lo pasan por el forro, a fuerza de contar majaderías, incongruencias, barbaridades y pérdidas absurdas de tiempo con boberías que ni los más niños disfrutarían.
Ni siquiera su aire pueril y libérrimo, el humor y blandura y bondad de lo que se cuenta compensan un aburrimiento tan perfecto, un ejercicio de tedio tan exacto, un desastre de puro hueco, un vacío tonto tan morrocotudo y mostrenco.
Nada interesa, tiene un pase o nos llega. Quizás, si nos fijamos mucho o ponemos empeño, la escena de la bañera pezonera sea lo único que un espectador salido, con hambre de sexo o poco seso, pueda recuperar de entre tanto desguace, chapuza y disparate verbenero.
Es una película muy mala, hasta el fondo, solo me quedo, ya digo, con la majetona y guapetona Lesley y algo del revuelo de tanto helicóptero y acción de medio pelo que no parecía precisamente "El carnaval de las águilas" o "La cabalgata de las Valquirias", eso me temo.
En fin, para no contarlo y tirarme en pleno vuelo, sin paracaídas, a puro y libre pelo, para romperse el alma y echar un enorme y sonoro regüeldo.
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3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
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