Tampoco tan grandes (2018)

Crítica por @fede_martin17

“Tampoco Tan Grandes” es un medio metraje argentino dirigido por Federico Sosa y escrito por Máximo Reca. Está protagonizado por Paula Reca, Andrés Ciavaglia, Maria Canale y Miguel Ángel Sosa.

“Tampoco Tan Grandes” nos cuenta la historia de Lola (Paula Reca), quien repentinamente se entera de que su padre ha fallecido luego de pensar que había muerto hace algunos años atrás. Para variar, se reencuentra con su ex novio, Teo (Andrés Ciavaglia), pidiéndole que la acompañe a Mar del Plata junto con su hermana (María Canale) para solucionar el tema de la herencia que dejó su progenitor para ella. Ahí se entera de que su padre a mantenido una relación de 27 años con Natalio (Miguel Ángel Sosa).

Tenemos una historia que es bastante predecible en diversas de sus acciones y sobre todo en su final, pero a pesar de caer en lo cliché, resulta una cinta bastante entretenida y con muy buenos momentos de comedia en la gran mayoría del tiempo en pantalla. También hay instantes dramáticos bien logrados pero previsibles a la hora de su ejecución.

La química que tienen todos los actores es fantástica, pero sobre todo el dúo protagónico de Reca y Ciavaglia se lleva todas las miradas. Cada vez que aparecen juntos en pantalla cautivan, ya sea con una situación humorística o un momento dramático. Canale y Ángel Sosa tampoco lo hacen tan mal.

La banda sonora también es de lo mejor del filme, con una música que acompaña muy bien en los momentos en los cuales se encuentra presente. Pero a su vez, las canciones expresan las diferentes emociones sobre la temática del amor de una muy buena manera. También queremos destacar algunos planos generales sobre los paisajes de Mar del Plata, muy bien logrados.

En resumen, si bien “Tampoco Tan Grandes” no tiene una historia original o lo suficientemente fresca para destacarse, logra entretener con su personalidad argentina gracias al humor y a las buenas actuaciones.

http://cinefiloserial.com.ar/critica-de-tampoco-tan-grandes-de-federico-sosa-2018/

Lo primero que se puede decir de esta película es que se trata de un emprendimiento familiar (la protagonista es a la vez productora y escribió el libro y es hermana de los guionistas y codirector) y eso es lo que parece, una película hecha entre parientes y amigos para demostrarse a sí mismos lo geniales que son y lo interesante que son sus vidas. La historia en si no tiene ni pies ni cabeza con una histérica insoportable que se cree artista (algún día habría que estudiar porque los nuevos directores de comedia argentinos suponen que una histérica insoportable en el cine -papel en el que parece haberse especializado la actriz Pilar Gamboa- resulta graciosa) busca a su ex pareja para que la acompañe a llevar las cenizas de su padre (a quien ella creía muerto años atrás) a Bariloche (unos 1.500 km) en una combi destartalada, acompañados de la hermana adicta de él y la pareja gay del padre (lamentable traspié de Miguel Ángel Solà seguramente acuciado por problemas económicos para aceptar este papelón). Y eso es todo, no hay historia, ni desarrollo de personajes, ni gags originales, ni nada. Lo único rescatable es su corta duración.