El ser (1982)

En la segunda película de su trilogía parapsicológica, Sebastián D’Arbó toma como referencia un hecho real que le ocurrió durante su época en la radio.

Eva es una mujer que ha enviudado poco antes, con dos niños y demasiados frentes económicos abiertos, parece que nada podría ir a peor cuando extraños sucesos empiecen a tener lugar en el interior de la casa: es un espíritu cuya forma de actuar no deja claro si es benigno o maligno. Eva necesita ayuda con urgencia.

Hay que reconocer a Sebastiçan D’Arbó el hecho de levantar películas de género con cierto aire a clásico, siguiendo la estela del cine parapsicológico americano de los años 70. Si en la anterior película, Viaje al más allá, D’Arbó se acercaba al cine de antología de los años 70, estilo la productora Amicus, en el Ser encontramos ecos – salvando las distancias – de El Exorcista o una más cercana en el tiempo como es El Ente de Sidney J. Furie.

Pero en esta traslación de elementos, D’Arbó falla al generar el universo que se romperá en pedazos cuando entre lo sobrenatural. Al personaje principal, Eva, le falta garra y en ocasiones resulta extremadamente irritante porque apenas sabemos de ella mas allá de que va llorando y quejándose de un lado a otro mientras luce distintos abrigos de piel; su forma de afrontar ciertos hechos, como la irrupción en su casa de un extraño, se siente naif y desafortunada para la historia. El exceso de tramas – personal, económica, policiaca y jurídica – se quitan espacio unas a otras y parecen surgir más por necesidad de añadir interés a la historia que para darle fondo.

Es en el manejo de la cámara donde más levanta enteros El Ser, sobre todo cuando linda con el terror, como la visita del tipejo de la inmobiliaria, el plano secuencia en el que tomamos el punto de vista de la protagonista mientras abre puertas o la llegada del extraño a la casa. Pero al tener un pie en el suelo, jugando con el elemento realista, el ritmo es demasiado lento hasta la entrada de Narciso Ibáñez Menta que es cuando la historia empieza a ganar en interés hasta un tercio final que abraza, ¡Por fin!, el terror. Debemos reconocer que los últimos quince minutos de El ser están repletos de giros y una siente que si hubiera tenido este espíritu durante gran parte del metraje, la película sería un must para los amantes del género.

D’Arbó cuenta con una actriz reconocida de la época, Mercedes Sampietro, cuya carrera de Actriz Seria debido a sus colaboraciones con Pilar Miro, impidieron mas acercamientos al terror – algo muy triste porque hubiera sido una scream queen muy interesante – mientras Víctor Oliveros repite con D’Arbó en un personaje que hubiera resultado muy interesante de haber tenido más peso. Narciso Ibáñez Menta siempre resultó un valor seguro y Víctor Israel tiene un rostro tan marciano como los papeles que interpreta.

El Ser está repleto de puntos interesantes, pero su desarrollo irregular y el escaso interés de su personaje principal no redondean una película que, opinión personal, inspiró directamente el guion que Rodrigo Cortés escribió el 2011 para Emergo, la ópera prima de Carles Llorens.

https://www.terrorweekend.com/2022/10/el-ser-review.html

Típico film de manufactura ibérica urdido por el periodista, psicólogo, parapsicólogo y, claro está, director de cine en mucho tiempo libre pero desaprovechado Sebastián d´Arbó (nacido en Tortosa en 1947). Junto con el profesor Jimenez del Oso, d´Arbó se ganó la vida como el Íker Jimenez de los setenta con sus artículos de prensa y programas de televisión dispares (como escalofriantes para atraer la credibilidad de unos entonces telespectadores no acosados por la aborrecible telerealidad de hoy en día).

D´Arbó tampoco perdía el tiempo de productor de películas clasificadas “S” tales como “Sin Bragas y a lo Loco”, co-producción hispano-germana dirigida por el erotómano Gérard Loubeau (Seis calientes suecas en Ibiza) y así se podía financiar sus trabajos de documentación e investigaciones relacionadas con las Ciencias Ocultas.

El mismo periodista nos introduce en la película, a modo de ser un Alfred Hitchcock de lo paranormal, y narrándonos un posible suceso que aquí lo sufre Eva (Mercedes Sampietro) una viuda que tras la muerte de su marido, no puede afrontar la hipoteca de su casa por lo que se verá asediada por la Agencia Inmobiliaria (no por los bancos, bendita seas) dispuesta a embargarle los bienes. Pero a la vez empiezan a sucederse a su alrededor extraños fenómenos a la vez que ocurren extrañas muertes. La mujer recurre a la ayuda de un abogado (Ramiro Oliveros) y de un parapsicólogo (Narciso Ibañez Menta).

La película cuenta con la presencia de secundarios tan entrañables como Alfred Luchetti (La Ciutat Cremada), Rafael Anglada (Puzzle) o Victor Israel (conocido por su rostro que recordaba al de Marty Feldman y que interpretó películas como “Pánico en el Transiberiano” (1971) y que ha sido homenajeado en el documental “Los Perversos Rostros de Victor Israel” (2010)).