- Sinopsis
- Biografía de Julián Gayarre (1844-1890), uno de los mejores tenores de todos los tiempos. Cuando tenía 19 años, un profesor del Conservatorio de Música de Madrid lo oye cantar y le ofrece una beca para ampliar sus estudios. Sus grandes éxitos lo convierten en el tenor más importante del mundo. Sin embargo, en 1890, en el Teatro Real de Madrid, su voz sufre un fallo que fue el preludio de su muerte, unos días después, en plena juventud. A pesar del diagnóstico de los médicos, sus amigos más íntimos sabían que Gayarre murió porque ya no podía cantar. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Biográfico Música Ópera
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1986 / España
- Título original:
- Romanza final (Gayarre)
- Duración
- 126 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Links
Premios
1986: Nominada al Goya a la mejor dirección artística
JOSEP CARRERAS ES GAYARRE
16 de julio de 2020
Difícil de valorar y de criticar este tipo de películas para neófitos o personas que no conectamos con el mundo de la ópera. De hecho en FilmAffinity no aparece ninguna.
Personalmente creo que es una película que se me ha hecho muy lenta, triste, por esa historia de amor imposible, muy melancólica y hasta trágica.
No, no es una vida bonita, en la que lo único que cuenta es que la voz no pierda nivel ni categoría que dicen que es de la enfermedad que mueren todos los grandes tenores. La fotografía me ha parecido discreta, el vestuario adecuado y el sonido y la música, teniendo en cuenta que la interpreta el gran Josep Carreras, se define por sí sola. Película destinada a eruditos y entendidos en la materia. La califico con la nota media de FilmAffinity con el factor corrector hacia arriba, es decir, un 5.
Personalmente creo que es una película que se me ha hecho muy lenta, triste, por esa historia de amor imposible, muy melancólica y hasta trágica.
No, no es una vida bonita, en la que lo único que cuenta es que la voz no pierda nivel ni categoría que dicen que es de la enfermedad que mueren todos los grandes tenores. La fotografía me ha parecido discreta, el vestuario adecuado y el sonido y la música, teniendo en cuenta que la interpreta el gran Josep Carreras, se define por sí sola. Película destinada a eruditos y entendidos en la materia. La califico con la nota media de FilmAffinity con el factor corrector hacia arriba, es decir, un 5.
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Biopic del gran Julián Gayarre, elaborado con mimbres muy diversos
27 de diciembre de 2021
Tenía pendiente esta película para ver desde hace tiempo: aún recuerdo cuando desde TV3 —que coproducía el producto— le dieron el bombo correspondiente, más orientado a la química que pudiera surgir entre Josep Carreras y Sydne (sin -y final, por cierto) Rome, y a la presencia de Montserrat Caballé, que a valores puramente artísticos u operísticos.
¿Qué nos encontramos? Un servidor la catalogaría en el grupo de esos filmes que contienen aspectos muy buenos, con otros regulares, y otros realmente malos.
Dentro de los primeros, las canciones, sin duda. La voz de Josep Carreras emociona, hace vibrar, es realmente preciosa. Sólo por escucharle —no es una forma de hablar— vale la pena ver “Romanza final (Gayarre)”, se lo aseguro. Tanto las piezas de ópera como las extraoperísticas (soberbio “¡Vive!”) son extraordinarias. El muy profesional trabajo del gran compositor Antón García Abril también se nota en este sentido, ya lo creo. Asimismo son excelentes los trajes que gastan actores, secundarios y extras; así como los decorados de los palacios y teatros y los paisajes de montaña navarros que aparecen.
Dentro de los aspectos regulares, en cambio, nos encontramos con una calidad de fotografía mediocre: llama la atención cómo una película de 1985-86 se conserva tan mal apenas treinta y cinco años y pico desde su rodaje. También el salto de actriz de Aitana Sánchez-Gijón a Sidne Rome en su rol de Alicia no acaba de cuajar (sí, en cambio, el de Alberto Closas Jr. a Josep Carreras, en el papel protagonista de Gayarre); y algunas sincronizaciones musicales —como las de los titiriteros del principio— no están bien conseguidas.
Por último, dentro de los deficientes —lamento decirlo, y no es incompatible, francamente, con lo que he expuesto con anterioridad— hay que destacar que los dioses de la escena no han amparado a Carreras para la interpretación cinematográfica. En dos palabras: su interpretación es mala. Y la de Sidne Rome, sin llegar al extremo del cantante catalán, tampoco pasará a los anales.
Y estos son, básicamente, los mimbres que se han gastado en esta biografía del gran tenor navarro Julián Gayarre, con algunas curiosidades añadidas: junto con la serie “Ramón y Cajal”, del mismo director —José María Forqué— es de las escasísimas producciones en que aparecen tropas carlistas (añádase también “Vacas”, de Julio Medem); el buen doblaje que la hija del director, Verónica Forqué, recientemente fallecida, realiza al personaje de Alicia, tanto de joven como de adulta; la no mención de las palabras “España” o “español” (estoy convencido de que así le llamarían al gran Gayarre en Italia) por motivos que no quiero ni plantearme; la correcta actuación de Antonio Ferrandis; etc.
¿Qué hacer pues cuando una obra recoge aspectos tan distintos, que a veces llegan a resultar contradictorios? En el presente caso, optar por calificarlo con un notable 7. Y me da la impresión, humildemente, de que no voy muy desencaminado.
¿Qué nos encontramos? Un servidor la catalogaría en el grupo de esos filmes que contienen aspectos muy buenos, con otros regulares, y otros realmente malos.
Dentro de los primeros, las canciones, sin duda. La voz de Josep Carreras emociona, hace vibrar, es realmente preciosa. Sólo por escucharle —no es una forma de hablar— vale la pena ver “Romanza final (Gayarre)”, se lo aseguro. Tanto las piezas de ópera como las extraoperísticas (soberbio “¡Vive!”) son extraordinarias. El muy profesional trabajo del gran compositor Antón García Abril también se nota en este sentido, ya lo creo. Asimismo son excelentes los trajes que gastan actores, secundarios y extras; así como los decorados de los palacios y teatros y los paisajes de montaña navarros que aparecen.
Dentro de los aspectos regulares, en cambio, nos encontramos con una calidad de fotografía mediocre: llama la atención cómo una película de 1985-86 se conserva tan mal apenas treinta y cinco años y pico desde su rodaje. También el salto de actriz de Aitana Sánchez-Gijón a Sidne Rome en su rol de Alicia no acaba de cuajar (sí, en cambio, el de Alberto Closas Jr. a Josep Carreras, en el papel protagonista de Gayarre); y algunas sincronizaciones musicales —como las de los titiriteros del principio— no están bien conseguidas.
Por último, dentro de los deficientes —lamento decirlo, y no es incompatible, francamente, con lo que he expuesto con anterioridad— hay que destacar que los dioses de la escena no han amparado a Carreras para la interpretación cinematográfica. En dos palabras: su interpretación es mala. Y la de Sidne Rome, sin llegar al extremo del cantante catalán, tampoco pasará a los anales.
Y estos son, básicamente, los mimbres que se han gastado en esta biografía del gran tenor navarro Julián Gayarre, con algunas curiosidades añadidas: junto con la serie “Ramón y Cajal”, del mismo director —José María Forqué— es de las escasísimas producciones en que aparecen tropas carlistas (añádase también “Vacas”, de Julio Medem); el buen doblaje que la hija del director, Verónica Forqué, recientemente fallecida, realiza al personaje de Alicia, tanto de joven como de adulta; la no mención de las palabras “España” o “español” (estoy convencido de que así le llamarían al gran Gayarre en Italia) por motivos que no quiero ni plantearme; la correcta actuación de Antonio Ferrandis; etc.
¿Qué hacer pues cuando una obra recoge aspectos tan distintos, que a veces llegan a resultar contradictorios? En el presente caso, optar por calificarlo con un notable 7. Y me da la impresión, humildemente, de que no voy muy desencaminado.
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