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La Atlántida (1949)

La Atlántida
75 min.
6,0
66
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Escena (INGLÉS)
Sinopsis
Un par de exploradores se encuentran con una ciudad perdida en medio de la selva gobernada por una reina misteriosa. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Siren of Atlantis
Duración
75 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Pierre Benoît
Links
9
En el reino de María Montez
Aunque su paso por el cine fue breve, María Montez no fue sólo una de las actrices más hermosas de su tiempo. Representó como pocas la necesidad de evasión de un mundo en guerra y constituye una referencia obligada del cine escapista. "Reina del Technicolor" y faraona del exotismo camp, su leyenda es entrañable. Hija de un cónsul español en República Dominicana, María se educó en un colegio de monjas en Santa Cruz de Tenerife y, desde el recato del uniforme clerical, se fue a Hollywood para lucir los velos de odalisca. La Universal Pictures reparó en su potente fotogenia y encarnó los sueños eróticos de una generación hasta el límite de la permisividad en títulos míticos como Las mil y una noches (1942); Alí Babá y los cuarenta ladrones (1944); La reina de Cobra (1944); Sudán (1945); o La conquista de un reino (1947), de Max Ophüls.

Finiquitado su contrato con la Universal, recibió la oferta del productor alemán Seymour Nebenzal para una nueva versión de la novela de Pierre Benoit, La Atlántida, antaño un éxito del director J.B. Pabst y la actriz Brigitte Helm. La filmación tuvo lugar en Francia y en los estudios Goldwyn en el verano de 1947 y contaba con Arthur Ripley en la dirección. Concluido el rodaje y una vez montada la película, se exhibe por la United Artists a los distribuidores en pase privado. Rechazaron la película por considerarla demasiado artística para su distribución comercial pero la impresión general es que la belleza plástica de la puesta en escena y los efectos estéticos de un montaje revolucionario hacían del conjunto una obra de arte. Contra la voluntad de Nebenzal, se decidió remontar y alterar la obra de Ripley, añadiendo footage procedente de la versión de Pabst en las secuencias desarrolladas en el desierto. Se asignó la labor de rehacer algunas escenas a Douglas Sirk quien inició un nuevo guión, filmando algunas escenas y abandonando el proyecto al serle ofrecida una película con Charles Boyer. John Brahms rodó las escenas subacuáticas en 1948, pero descontento con las intromisiones rehusó firmarlas. En su lugar lo hizo Gregg G. Tallas, un técnico que se había limitado a montar el material.

Aun así, La Atlántida atesora valiosos elementos de fascinación que la convierten en una obra insólita y, por serlo, destinada al fracaso comercial. Se titula en USA Siren of Atlantis para explotar el reclamo de María Montez, formando con su marido, el guapo actor francés Jean-Pierre Aumont, una pareja de antología pero demostró, al fracasar, que su carrera hollywoodiense había terminado. Pese a todo, su Antinea resulta fascinante y su hechizo continúa intacto en Blanco y Negro. Cuando la Universal la dejó de lado y María se fue a morir a su bañera de París, en 1951, con ella se fue un tipo de cine que cerró sus puertas para siempre.
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16 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Antinea es Maria Montez
Sobre esta controvertida película, que tan poca gente ha visto, se ha dicho de todo. Desde que es un engendro infumable, hasta que es un clásico. Desde que María Montez hace la peor interpretación de la historia, hasta que la Montez estuvo inspirada y muy acertada, interpretando a Atinea.

Lo cierto, y aquí va mi propia opinión, es que María Montez tenía mucha personalidad, lo que ya es algo. Y en "Siren of Atlantis", ya sea por mérito propio, o de sus tres directores (nótese que también fue dirigida por John Brahm), su legendaria inexpresividad (punto también discutible) es transformada en inexcrutabilidad. La Reina del Technicolor está más bella que nunca, filmada en blanco y negro, y su cara es como una esfinge enigmática, en la que no sabemos si se oculta la mayor de las crueldades o de las sabidurías.

Igual de legendaria es la partida de ajedrez que la Montez juega con su víctima (interpretada por su marido en la vida real): yo he leído que es una de las mejores y de las peores interpretaciones de la historia. Semejante ubicuidad, ya merece un respeto. Firmada por Gregg Tallas, pero dirigida en su mayor parte por John Brahm y Arthur Ripely, "La Atlántida", rodada en Francia ya al margen de la Universal (que no le renovó el contrato a María Montez), viene a ser como el verdadero canto del cisne de su etapa de gloria.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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