Boheewa Nokyang (AKA A Boy and Sungreen) (2019)

*La amistad y la familia

El debut en el largo de la directora coreana Ahn Ju Young, se salda con un tierno coming of age que se las ingenia para emocionar sin caer en lo sentimentaloide. Y eso que el material que maneja corría gran riesgo de hacerlo. Lo evita introduciendo algunos elementos de humor y, en especial, con unos personajes bien perfilados y que resultan entrañables. Además, muestra una extrema sensibilidad en la exposición de las relaciones humanas que decide enmarcar en una cuidada puesta en escena, sencilla, pero visualmente bonita.

A Boy and Sungreen nos muestra el viaje interior del niño protagonista mientras busca a su padre, al que creía muerto. La película nos habla sobre la amistad y la familia, y de como ambas pueden elegirse. La amistad sin condicionantes está reflejada a la perfección en la relación entre el niño y esa niña llamada Sungreen, unidos desde pequeños por un asunto escatológico y a los que ya nada puede separar. El retrato familiar es más complejo y propone una reflexión en la que no importan tanto los genes como las personas que de verdad eligen amarte.

*Una película con la dulzura de un cuento

A Boy and Sungreen es como un cuento. Tiene un tono naïf e inocente, pero sin caer en lo infantil o insustancial. Es una película delicada y de apariencia sencilla, que combina con acierto el humor de algunas situaciones y diálogos, con la profundidad que conllevan las reflexiones de su parte final. El proceso de maduración y aceptación del niño protagonista se nos muestra con una fotografía preciosista y colorista realizada por Lee Sung Yong. Se elude conscientemente toda oscuridad en el relato. Se podría decir que todo sabe tan dulce como un Ssiat Hotteok (una especie de panqueque coreano relleno de azúcar, miel, cacahuetes y canela).

La película nos habla del sentimiento de abandono y de las decisiones que nos hacen estar con alguien. El viaje de búsqueda del padre se convierte en la propia búsqueda identitaria. Se podría considerar a A Boy and Sungreen de un realismo mágico. Ya sabemos que la vida no es de color de rosa, pero esta película está hecha desde el punto de vista de dos niños de 14 años que, además, siempre van juntos al cine. La pantalla plateada puede servir como lienzo para inventar un mundo nuevo y más bello. La directora Ahn Ju Young, nos invita a entrar en ese mundo con su película.

*Conclusión

A Boy and Sungreen es la ópera prima de la directora surcoreana Ahn Ju Young. Es una bonita historia sobre la amistad y sobre la familia, narrada en formato de cuento. Un niño que busca a su padre al que creía muerto, descubrirá por el camino que lo importante del viaje es con quién decides compartirlo.

Con una narrativa sencilla y un tono naïf, pero sin caer en lo infantiloide, A Boy and Sungreen logra emocionarnos a través de unos personajes entrañables y una puesta en escena que examina la belleza de lo cotidiano. Un film para toda la familia, con valores, entretenido y tierno.

Escrito por Daniel Farriol

La culpabilidad y la necesidad de obtener respuestas a preguntas que de base están mal formuladas son sentimientos habituales en personas que han sufrido un abandono. Sentir que alguien se ha marchado por algo que se ha hecho, dicho o por las pequeñas cosas que genera la convivencia, resulta demoledor para el estado anímico de una persona. Si ese abandono es por parte de una persona con la que se unen lazos de sangre, el dolor parece que se acentúa irremediablemente, pero, ¿hemos de vivir acomplejados y obsesionados por el abandono de esa persona? ¿No es mejor enfocar toda esa energía hacia quienes se preocupan por nosotros? ¿Las que siempre han estado a nuestro lado? La familia y la amistad son algo moldeable, pueden variar con el tiempo (de hecho, lo hacen) y hemos de saber apreciarlas en sus cambios a lo largo de la vida. Digna del mejor cine independiente americano que trata temáticas vinculadas a la adolescencia de forma optimista y generando emociones sin ser sentimentalista, llega A Boy and Sungreen, ópera prima dirigida y escrita por la surcoreana Ahn Ju Young. Cargada con la energía de la juventud, plasma de forma excelente esa edad en la que las emociones están a flor de piel y todo se vive con intensidad, mezclando de forma excelente el sentido del humor con el drama y puntuales momentos melodramáticos. La búsqueda de Bo-Hee se torna una profundización en la identidad propia del protagonista, todo enmarcado con un punto de vista lleno de luminosidad y optimismo gracias a unas fotografía, música e interpretaciones que confieren al relato cierto aura de cuento. Una delicia de las que deja una dulce sonrisa sin llegar a empalagar.

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