La historia de Will Rogers (1952)

Will Rogers, fue un hombre de su época. Símbolo del pueblo norteamericano con su aspecto campesino, su destreza con el lazo, y su fluidez verbal mezcla de humor y de filosofía natural, con la que recorrió muchos caminos y llevó esperanza, alegría y entusiasmo a la gente del común. Hizo espectáculos que representaban al Wild West; se presentó en el Madison Square Garden y en el Hammerstein Victoria; apareció con las Follies de Ziegfeld... y actuó en cerca de 40 películas (en algunas de ellas como protagonista: “A Connecticut Yankee”, “Young as you Feel”, “Doctor Bull”…).

Rogers, jugaba polo con el director, Michael Curtiz, en sus últimos años, y éste llegó a pensar que su vida era digna de un biopic por la sorprendente manera como el vaquero y comediante atraía a las masas. Cuando, Betty Blake, la esposa de Rogers, escribió la historia de su vida tras la muerte del artista en un accidente aéreo, Curtiz se interesó en el proyecto de llevar el libro al cine y la Warner ofreció el papel a actores como, Fredric March, Gary Cooper y Joel McCrea, pero todos ellos lo rechazaron... y así, la película se pospuso hasta 1951, cuando el director húngaro probó por segunda vez a, Will Rogers Jr., y encontró que no sólo se parecía a su padre sino que tenía talentos que encajaban con lo suyo.

Pero, pensando en los altos costos de producción, los hermanos Warner decidieron rebajarle el sueldo a Curtiz, y esto sin duda influyó para que él trabajara con el mayor desgano y la película se viniera al piso, pues, no sólo es fría en sus aspectos formales, sino que se parece a una enciclopedia llena de datos y con afanes de encomio exacerbado, recreando así a un ídolo de barro y no a un ser humano. Prevalecen en el filme las estatuas y hay ausencia total de intimidad, de rasgos contrastantes, de conflicto. La relación con su esposa es ideal, con sus hijos sin objeción, y en sociedad casi siempre camina en hombros. Hasta su epitafio resulta loable, pero sin asidero alguno: ”Nunca conocí a un hombre que no me gustara”. Una frase que se caería por su propio peso desde el mismo momento en que, Rogers, elige políticamente a los demócratas y lucha contra los republicanos. Él mismo fue uno de los más efectivos apoyos que recibió, Franklin D. Roosevelt, para su primera presidencia.

El reparto, sin mayor brillo lo complementan, Jane Wyman, Carl Benton Reid, James Gleason, Eve Miller y Slim Pickens.

Creo que muy pocos recuerdan ahora quien fue, Will Rogers, y más pocos aún, guardarán en su recuerdo un filme como éste.

Título para Latinoamérica: LA HISTORIA DE UN HUMORISTA