Gatos. Un viaje de vuelta a casa (2016)

Rudolf, un gato muy dependiente de su dueña, sin apenas haber visto más allá del patio de la casa donde vive, Rudolf emprenderá una gran aventura inesperada, donde descubrirá un mundo que jamás había visto, donde conocerá y aprenderá nuevos conocimientos de los que tendrá que valerse para poder regresar a su hogar.

Casi siempre las películas de dibujos animados están creadas para llegar a los más pequeños, aunque sean aptas para todos los públicos. Gatos, un viaje de vuelta a casa, no aporta una trama que no hayamos visto antes, como por ejemplo en Nemo o Toy Story, películas donde la amistad, la valentía y la esperanza, juegan un papel principal en la historia, como también ocurre en el caso de Gatos. Aunque su trama ya sea repetitiva, transmite valores e ideas correctas. Ya no es una simple película que se limita a entretener a un público, sino ademas es una herramienta visual de aprendizaje.

Rudolf, el protagonista de la historia, cuando llega a otra ciudad donde no se encuentra su hogar, se siente completamente indefenso y es Tengounmontón, un gato callejero que va a ayudar a Rudolf durante todo el film, el cual encarna la figura del mentor, que va a ser clave para la evolución del personaje de Rudolf en la historia. Tengounmontón, enseña a éste a ser una gato callejero, a defenderse, etc. Pero sobre todo la cualidad que dotan los creadores del film a éste gato es saber leer. Esta facultad adquirida por su dueño, el cual le enseñó el abecedario, será el elemento esencial para que Rudolf pueda leer los carteles de las autopistas para no perderse y poder regresar a su hogar.

Y como he dicho anteriormente, este film va dirigido esencialmente a los más pequeños con el mensaje de que saber leer, aporta conocimientos y cultura, además de poder evolucionar.

Rudolf conocerá a otros gatos y se adaptará a esa vida, aunque Tengounmontón constantemente repetirá durante casi toda la película la frase ‘’la esperanza es lo último que se pierde’’, convirtiéndose así como el lema de la trama, que impulsará a Rudolf a volver a su casa junto a su querida dueña.

La amistad de amos gatos será muy intensa, hasta tal punto en el que pondrán ambos su vida en juego para protegerse mutuamente por culpa de Devil, un buldog, que se encuentra encerrado en un patio, al que todos los gatos de la zona temen. Aquí de nuevo, los creadores de la película quieren difundir lo importante que es la amistad y el hecho de saber cuidarla y conservarla.

En la película vemos diferentes escenas donde la vida de Rudolf se encuentra constantemente en peligro, ya sea porque pueda ser atropellado por un coche o porque no tenga un sitio donde refugiarse. Al ver estas imágenes sentí empatía por esos animales que son abandonados o que simplemente viven en la calle. El papel que han dotado los creadores de esta película a los humanos, ha sido bastante secundario y subordinado a la trama de los gatos, ya que los humanos aparecían o ayudando a los animales, como por ejemplo, dándoles de comer, o también como aquellos que ven a los animales como seres invisibles, los cuales incluso, son un estorbo.

Por otro lado, el diseño de los gatos es bastante realista, hasta tal punto que se puede apreciar el movimiento del pelo de los felinos y sus gestos son muy expresivos.

Los gatos se mueven en un espacio muy objetivo, siendo bastante fiel a la realidad. La película transcurre en limitados espacios, pero cada uno de ellos muy bien reproducidos.

Se podría decir que uno de los objetivos de la película que se propuso el director de anime Kunihiko Yuyama es concienciar a las personas sobre la situación en la que se encuentran los animales que no tienen hogar y aunque no sean animales de carne y hueso, el realismo del que dota a los personajes hace que el espectador sienta más cercanía con estos y puedan empatizar con la situación en la que viven.

Escrito por Sandra Gil Bermejo
https://cinemagavia.es/pelicula-critica-gatos-viaje-vuelta-casa/

Una animación nada fluida, acompañada de una historia que no consigue enganchar ni a mayores ni a pequeños, unida a personajes poco carismáticos, hace que todo el producto sea convencional y pobre, muy lejos de los estupendos productos animados que nos suelen llegar desde Japón