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Me convirtieron en un criminal (1939)

Me convirtieron en un criminal
92 min.
6,5
383
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Sinopsis
Johnnie Bradfield acaba de proclamarse campeón mundial de boxeo, y todo el mundo le adora. Su tremenda popularidad se basa en que proviene de una familia humilde y debe luchar en el ring por necesidad, lo cual resulta admirable a ojos de sus seguidores. Sin embargo, una noche de borrachera cuenta a un periodista que esta inocente imagen de sí mismo no es más que un montaje, ya que en realidad es un mujeriego y un bebedor empedernido. Al desvelar el secreto, el manager de Johnnie, fuera de sí, mata al periodista para que la noticia no salga a la luz. Pero al darse cuenta de la crudeza de su crimen decide inculpar al boxeador... (FILMAFFINITY)
Género
Cine negro Thriller Drama Boxeo Crimen
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
They Made Me a Criminal
Duración
92 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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5
Ahora vas y lo cuentas
John Garfield ha ganado el título mundial de los Ligeros y lo está celebrando. La gente piensa que es buena persona y que se merece lo mejor, pero es un borracho y un putero. Los responsables de la película hacen de él un campeón y nos lo llevan a la pantalla de tal forma que después del combate está fresco como una rosa y con más ganas de cachondeo que Bertín Osborne en sus tiempos mozos, ¡cómo le da al alpiste! Hay cosas que son difíciles de tragar, que no pasan por el aro, y esa es una de ellas. El jefe de policía tampoco es normal, siempre de chufla en un papel nada creíble que nos lleva a pensar si el pobre sufre algún trastorno mental.

El caso es que aceptando estas cosas, poniendo de nuestra parte, y gracias a la seria participación de Claude Rains, la película la podemos ver como las desventuras de un boxeador macarrilla que no pasará a la historia.
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8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
También el destino hará parte del juego
¿Quién será aquel que no ha tenido uno de esos días en que todo resulta de color oscuro? Un día que pocos captan real y conscientemente como Día de Prueba, pues son las ocasiones en que el Hado viene a decirnos cosas de este estilo: “A ver mi amigo, ¿cómo anda tu madurez?”, “¿Has avanzado en la paciencia y la tolerancia?”, “¿Estás ya en condiciones de tramitar sensatamente una desavenencia” …

Cuando uno sale incólume, seguro de no haber perdido el control y de haber dado efectivo trámite a las adversidades del Día de Prueba, siente que ha crecido como ser humano y eso produce paz y seguridad. Pero, cuando dio de lo mismo, cuando se mostró agresivo o en su defecto sumiso, cuando fue duro o en exceso permisivo… entonces es cuando, al irse a la cama, siente uno que, el que está allí, es el mismo imbécil de siempre. Y así no debe ser.

También, Johnnie Bradfield, el boxeador que ahora celebra su nuevo título de campeón mundial de los pesos medios, va a tener su día gris cuando, aflojada la lengua por los tragos, entera a un periodista de que, el cuento de “no bebo, no voy con mujeres y adoro a mi madre”, no es más que una triquiñuela que ha promovido para mantener limpia su imagen. Desde ese momento, varias tragedias se avendrán una tras otra…

La crisis puede llevarte a un pequeño o tenebroso infierno, pero de igual manera -y es lo que el universo espera- la crisis te ayuda a crecer y te pone, empujadito, en el lugar donde se espera que estés. ¿Sabrá Johnnie tramitar su Día de Prueba? ¿Buscará la luz o se hundirá en las tinieblas donde todo se pierde?

Bueno será ver “HAN HECHO DE MI UN CRIMINAL”, para darse cuenta de que hay dos maneras de manejar las cosas y de que, al final, cada quien recoge exactamente lo que siembra. Remake de “The life of Jimmy Dolan” (Archie L. Mayo, 1933), con guion, escrito por Sig Herzig, partiendo de la novela homónima de Bertram Millhauser y Beulah Marie Dix, la película fue curiosamente dirigida por Busby Berkeley, el celebrado coreógrafo al que siempre se asocia con los magníficos caleidoscopios humanos que recreó en tantísimos filmes musicales que, él mismo u otros grandes directores, dirigieron en los años 1930 y 40.

Extrañamente, no obstante ser esta una realización con un aire claramente edificante, muy gratamente actuado y con un ambiente general bastante satisfactorio, no conseguí desprenderme de una rara sensación a película maldita, cuando, al verla, recordaba que algunos años después, ese gran actor que fuera, John Garfield, tras haber superado una infancia difícil y llena de carencias, hubiera muerto ¡con tan solo 39 años!, agobiado por la depresión que le causó el haber sido puesto en la lista negra por el infausto Comité de Actividades Antiamericanas.

Al contemplar el bello rostro de Gloria Dickson (Peggy), actriz a la que conocí en “Ellos no olvidarán” -filme en el que debutó muy satisfactoriamente-, también recordé que, cuando apenas tenía veintiocho años cumplidos, un incendio en la casa que alquilaba en Hollywood, terminó abruptamente con su vida… y curiosamente, su último marido había sido boxeador de pesos medios y moriría, algunos años después, en una cárcel de Nebraska.

Y hasta me duele cuando veo a ese Gran Actor que fuera Claude Rains (Phelan), cuatro veces nominado al Oscar y ¡jamás se lo dieron!

En todo caso, “HAN HECHO DE MI UN CRIMINAL” es un filme aleccionador que vale la pena ver.

Título para Latinoamérica: “ME HICIERON CRIMINAL”
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7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
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