The Word (2014)

No es una película bella. Parece que no busca esta cualidad ni en los planos, ni en los diálogos, ni en el argumento. Se limita a mostrar una realidad adolescente, tal cual la vemos en nuestro día a día ajetreado, sin pararnos a apreciar los pequeños detalles. Yo personalmente prefiero la belleza al hiperrealismo, especialmente si se trata de historias turbias de esas que podrían salir en los telediarios cualquier día, porque los jóvenes, como los adultos, están llenos de contradicciones y pulsiones deseosas de explotar.
En realidad no son buenos tiempos para reflejar la comunicación adolescente en el cine y pretender crear algo visualmente atractivo. El whatsapp y las redes sociales son muy útiles, muy ricas, pero aún nadie ha conseguido plasmar con encanto esos medios en una película. Aún resultan mucho más carismáticos los teléfonos antiguos, las cartas, o los susurros al oído cuando se trata de secretos. La protagonista lo dice en un momento de la película, hay cosas que no se pueden contar por Skype.

Pero no aburre, la relación entre los protagonistas es fácil de creer y querer seguir. No indigna, porque aunque habla de la moral, no da lecciones de ningún tipo. Y no cierra ninguna puerta; el amor, el odio, la venganza… siempre serán lugares comunes que nadie podrá cercar.

No es una película para perderse en ella, pero no se olvida nada más terminar.