Crimen (1964)

En los títulos de crédito se indica que está inspirada en un hecho real. Se capta con total veracidad la psicología de una serie de personajes de la más variada condición que habitan en el pueblo donde se desarrolla la muy sórdida trama criminal que se desencadena a partir de una violación.
También se capta la atmósfera tenebrosa de un pueblo cuándo anochece y ello gracias a la fotografía del malogrado Víctor Monreal que subraya con su tonalidad la calidad de cada plano. Es una película modesta a nivel de producción, pues Iquino como productor procuraba lanzar la máxima producción posible con unos costes mínimos. Miguel Lluch saca buen partido del guión y de los intérpretes. Se consigue así una película bienintencionada donde elementos como el caciquismo o las bajas pasiones se muestran con un realismo palpable.

La película retrata una parte de nuestro pasado, en el que la figura del cacique estaba presente en buena parte del entorno rural. Estos personajes y sus allegados, controlaban el trabajo ... y la vida de todo el mundo, como si de señores feudales en plena Edad Media se tratara. Ahora bien, en la época en la que se relata esta historia, basada en hechos reales, el que la hacía la pagaba, aunque fuera el señorito del lugar.