Tarzán en el desierto misterioso (Tarzán el temerario) (1943)

Segunda película de la serie Tarzán/Weissmuller producida por la RKO y un descenso más de la calidad artística que va pareja a la decadencia física del protagonista, ya aquí bastante palpable, lejos de sus años de esbelto jovenzuelo en las primeras películas del personaje. La películas de la RKO se diferenciaban principalmente de las de la MGM, muy superiores en calidad, en que eran más fantasiosas y sobre todo por su falta de ambición. El constante recorte en la duración de estas películas (esta poco más de una hora) era un fiel reflejo de que estaban concebidas cada vez más como un producto complementario para programas dobles. Por otro lado la historia de esta es inverosímil desde el mismo comienzo con un avión "soltándole" el correo a Tarzán en su supuestamente perdida selva como si del cartero de una población cualquiera se tratara. Luego nos enteramos que, por lo visto, esa selva de lo profundo del África negra (que ya no es negra ni nada porque las tribus han desaparecido) tiene un desierto a la vuelta de la esquina, y así como si nada nos encontramos en lo que parece ser Oriente Medio. Entre una tontería y otra nos llegamos al final con unos cuantos lagartos prehistóricos y una araña gigante de lo más patética. Aquí, al igual que en la película anterior, tampoco aparece Jane (en el argumento está ayudando como enfermera en la guerra porque no hay que olvidar que esta película se entrenó durante la Segunda Guerra Mundial) ya que la actriz Maureen O'Sullivan, que había interpretado siempre a Jane en la serie de la MGM aprovechó el cambio de productora para alejarse del personaje. No obstante los productores de las nuevas películas intentaron convencerla para que volviera y por eso en estas dos primeras películas no pusieron una sustituta y mandaron al personaje de viaje. Al final en la siguiente película no tuvieron más remedio que poner a una nueva Jane ya que O'Sullivan no estaba por la labor. Y viendo la deriva que había tomado la serie no es nada extraño que se negara, la verdad.

Es una de las dos películas que dirigió W. Thiele sobre Tarzán -ambas estrenadas durante 1943- y en las que J. Weissmuller actuaba como protagonista.

Llama la atención el buen trabajo con extras y figurantes para componer escenas sofisticadas y también una ambientación muy conseguida y una banda sonora sugerente.
No falta la concesión al público de menor edad al incluir escenas en la que participan grandes saurios y un enorme artrópodo.

Entretenida, interesante y rica en matices paisajísticos.
Tarzán casi siempre ofrece una garantía de encanto adicional.