Trailer (INGLÉS)
Ver 4 más- Sinopsis
- Serie de TV (1994-1996). 3 temporadas. 40 episodios. La serie nos contaba la historia de un cuarteto de hermanos: John, Clint, Bobby y Coop, que buscando descubrir la verdad sobre la desaparición de su padre acababan en manos del villano de la historia, el Dr. Piranoid, que los muta en seres mitad humanos mitad tiburones para utilizarlos en sus maléficos planes. Pero como era de esperar, con sus recién adquiridas habilidades, los chicos se revelan, se dan a la fuga, se ponen a vivir clandestinamente, se ‘rebautizan’ (pasan a llamarse, respectivamente: Rapster, Blades, Jab y Big Slammu) y se dedican a abortar todos los planes desarrollados por Piranoid. Serie de animación surgida a raíz del éxito de otras sobre animales antropomórficos, como "Las Tortugas Ninja" o "Los Motorratones de Marte". Al contrario que esas dos, Street Sharks apenas tuvo éxito y sólo duró dos temporadas. (FILMAFFINITY)
- Género
- Serie de TV Animación Acción Ciencia ficción Infantil Tiburones
- Dirección
- Reparto
-
Animación
- Año / País:
- 1994 / Estados Unidos
- Título original:
- Street Sharks
- Duración
- 30 min.
- Guion
-
- Música
Cool Sharks (Memorias sobre juguetes de antaño)
26 de julio de 2008
Esta panda de simpáticos tiburones antropomorfos se merecen un par de párrafos, viendo además la fría acogida que ha tenido en FilmAffinity.
Pues bien. No es una de esas series imperecederas y fundacionales, claves dentro de un género o una época determinados. Simplemente (y no era poco) fue una serie divertida para consumo infantil.
Me es imposible hablar de productos como el que nos ocupa de manera estrictamente objetiva, así que ahí va la primera persona del singular en todo su esplendor: a mí me molaba, la veía siempre que podía en televisión y, para colmo, creo que llegué a tener en mi poder uno de los muñecos que salieron a la venta a raíz de su emisión. Era del tiburón azul oscuro, y con él hice mucho el gamba. Fue durante un tiempo mi juguete predilecto, ése que lideraba los grupos de juguetes buenos (que luchaban contra los malos -algún malvado se solía redimir e, incluso, ¡¡llegúe a finalizar historias con los buenos y los malos haciendo las paces y de buen royo!!) y que siempre ganaba las batallas que hacía entre bichos, peluches y demás seres inertes (no sin antes sufrir, ¿eh? Pero para éso era yo el director de orquesta).
La verdad, la serie la tengo olvidada. El juguete fue el que me llegó, el que me fascinó, el que me tenía loco. Pero bien sé que pasé buenas mañanas en compañía de esta pandilla de post-modernos escualos, molones, gamberros, definitivamente 'cool'.
Una serie amena, ligera, guay. No hay que pedir más. A mí me gustaba, y el 4 de media me parece injusto. Pero bueno, qué se le va a hacer. No era una gran serie, pero alguien habrá que también la vió con su tazón de cereales en la mesa pasando la mañana.
PD: lamento el ratillo de retrospección emocional-nostálgica, pero lo quería. Seguro que no fui el único que hice esas cosas... o sí. Siempre fui un chico distinto.
Pues bien. No es una de esas series imperecederas y fundacionales, claves dentro de un género o una época determinados. Simplemente (y no era poco) fue una serie divertida para consumo infantil.
Me es imposible hablar de productos como el que nos ocupa de manera estrictamente objetiva, así que ahí va la primera persona del singular en todo su esplendor: a mí me molaba, la veía siempre que podía en televisión y, para colmo, creo que llegué a tener en mi poder uno de los muñecos que salieron a la venta a raíz de su emisión. Era del tiburón azul oscuro, y con él hice mucho el gamba. Fue durante un tiempo mi juguete predilecto, ése que lideraba los grupos de juguetes buenos (que luchaban contra los malos -algún malvado se solía redimir e, incluso, ¡¡llegúe a finalizar historias con los buenos y los malos haciendo las paces y de buen royo!!) y que siempre ganaba las batallas que hacía entre bichos, peluches y demás seres inertes (no sin antes sufrir, ¿eh? Pero para éso era yo el director de orquesta).
La verdad, la serie la tengo olvidada. El juguete fue el que me llegó, el que me fascinó, el que me tenía loco. Pero bien sé que pasé buenas mañanas en compañía de esta pandilla de post-modernos escualos, molones, gamberros, definitivamente 'cool'.
Una serie amena, ligera, guay. No hay que pedir más. A mí me gustaba, y el 4 de media me parece injusto. Pero bueno, qué se le va a hacer. No era una gran serie, pero alguien habrá que también la vió con su tazón de cereales en la mesa pasando la mañana.
PD: lamento el ratillo de retrospección emocional-nostálgica, pero lo quería. Seguro que no fui el único que hice esas cosas... o sí. Siempre fui un chico distinto.
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27 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién quiere ser una tortuga?
21 de septiembre de 2015
Son tiburones que hablan con abdominales y brazos de culturista, con lo cual sobra decir que estas criaturas se mean en todas las bestias híbridas y mitológicas en general, a excepción de, quizá, Cthulhu. También tienen piernas con forma humana pero nadie ha visto si tienen dedos de los pies.
Si alguien no quiere ser un Street Shark de mayor, es idiota. Lamentablemente ha pasado suficiente tiempo desde la emisión de esta serie para poder afirmar que en los espectadores cuajó mucho más eso de comer pizza, y así nos va, preguntándonos por qué el caparazón nos crece al revés y blando.
Si alguien no quiere ser un Street Shark de mayor, es idiota. Lamentablemente ha pasado suficiente tiempo desde la emisión de esta serie para poder afirmar que en los espectadores cuajó mucho más eso de comer pizza, y así nos va, preguntándonos por qué el caparazón nos crece al revés y blando.
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3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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