Supa Modo (2018)

*Inocencia consciente

Supa modo es la ópera prima de Likarion Wainaina. El director se acerca a la mirada de Jo, una niña enferma apasionada del cine de acción, que conscientemente imagina que tiene poderes parecidos a los de sus ídolos. Su hermana y la comunidad ayudan a la pequeña a que su sueño se haga realidad, inicialmente mintiéndole y finalmente con la creación de una película protagonizada por la risueña niña. La madre protegerá a su hija de los problemas ocultándola en casa.

La cinta a pesar de su estructura simple trata numerosos temas, tales como, la ruptura de la inocencia de los niños enfermos; la dificultad de realizar cine en África; la cultura de Kenia y la necesidad de evasión generada por el cine. Todos ellos entrelazados sacan a relucir distintos detalles interesantes, dentro de una estructura convencional que no aporta nada al panorama cinematográfico actual.

La ruptura de la inocencia de los niños es un tema que suele tratarse con demasiada delicadeza, sin embargo, Supa modo lo hace a la perfección al mostrar de forma tan diferenciada los dos espacios que conforman la línea narrativa. Podemos observar, por un lado, la visión adulta y por otro, la infantil, el momento en el que ambas miradas coinciden Jo explica a sus familiares que es consciente de la mentira, pero le gusta vivir en sus sueños. Stycie Waweru, la actriz infantil, logra desempeñar su labor a la perfección, con discursos elocuentes llenos de naturalidad y frescura, apoyados por unos gestos faciales de gran expresividad.

*El sueño del cine

Supa modo sin duda alguna, logra el objetivo de Tom Tykwer al crear la productora One Fine Day Films, promocionar el cine africano. Likarion Wainaina plasma audiovisualmente la gran necesidad de nuevas historias provenientes de África. En muchas ocasiones directores con miradas europeas y americanas han filmado en este continente, pero ha llegado el momento de que sus habitantes narren por sí solos, sin la necesidad de pedir ayuda a países extranjeros.

Lo menos destacado del film es su estructura clásica lineal, que muestra la simpleza de sus hilos conductores, sin aportes a la narrativa hegemónica. La trama se desarrolla con un ritmo adecuado, sin regodearse en los momentos más dramáticos de la historia, lo que le proporciona frescura y un consumo fácil (además de por sus 70 minutos de duración).

La planificación llevada a cabo por Likarion Wainaina en Supa Modo no se ciñe a lo convencional. En momentos concretos realiza distintos planos aberrantes (muy bien justificados) y otras lindezas, que demuestran la capacidad narrativa de su director. Se puede contemplar en contraste con la desorganizada película rodada por la comunidad, en un entorno hostil en el que nadie sabe cómo hacer cine.

*Conclusión

Supa modo es la ópera prima de Likarion Wainaina. Viendo las carteleras actuales se agradecen este tipo de propuestas que aportan nuevas miradas al panorama fílmico mundial. Su estructura simple juega a su favor como producto de consumo, pero no como obra destacable cinematográficamente hablando.

La demostración dentro de la propia trama de que hacer cine es tremendamente complicado, saca la vena más humorística del film ocasionando que el espectador pase por una ola de estados emocionales. En ocasiones, la dureza de la crítica desprestigia obras sin un gran aporte en innovación, pero estas a su vez, pueden ayudar a que seas mejor persona.

Escrito por Santiago Varela Antúnez

Dentro de lo tópica que pueda resultar la temática, la película está muy bien llevada, es entretenida de ver y transmite una alegría extraordinaria. Los personajes en sí están bien, pero la alegría que transmiten los actores es, probablemente, la mayor baza de esta película.
Vale la pena darle una oportunidad ya que, si bien no sorprende, es una película capaz de sacar una sonrisa amable hasta en el más duro de los críticos.