Agentes secretos (2004)

Nueva entrega de las peripecias de la pareja, sentimental y profesional, a los que tan poco les cuesta compartir cartel (he perdido la cuenta de las veces que lo han hecho); sin embargo, Brad Pitt y Angelina Jolie, o incluso Sean Connery y Catherine Zeta Jones, demostraron ser espías con más química.

Se trata de una película digna y que se sigue con cierto interés, a pesar de que la misión que los agentes deben cumplir no responde a ningún plan brillante: simplemente les cambian la identidad y los convierten en pareja para poder llevar a cabo una misión que consiste en destruir un barco. Esta misión hace que la cinta se mueva por distintas localizaciones, Madrid entre ellas, y contenga algunos pasajes hablados en inglés o español.

El lucimiento se lo llevan Cassel y Bellucci, ella muy guapa, como siempre (ya sea en su aparición en pantalla, donde aparece con trenza a lo Lara Croft, o casi desmaquillada en la recta final), y él desmostrando ser un actor de los más interesantes del panorama. En el reparto, principalmente francés, encontramos también la presencia de dos compatriotas: Sergio Peris-Mencheta y Najwa Nimri, perfecta como villana enigmática.

Lo mejor: que no haya humor francés
Lo peor: El maltratado por la distribuidora en España, a los cines se distribuyeron muy pocas copias y se estrenó con 2 años de retraso, para colmo, en su edición en DVD terminan de rematar la faena, ya que ni siquiera se incluyen subtítulos en castellano.

Obra que intenta ahondar en las relaciones personales de los protagonistas, los agentes secretos del título que deben dejar a un lado una vida al uso para dedicarse por entero a su profesión con garantías de eficacia.
En el film se nos muestran los vínculos entre los miembros de un equipo del Servicio Secreto en dos fases: una primera, en el transcurso de una misión y otra, en la cual se desencadenan una serie de trágicos incidentes a los que tratará de dar respuesta, contundente, Brisseau (Vincent Cassel).
Lo sorprendente de la película es que deja a un lado las escenas de acción, la espectacularidad, para sumergirse en la psique de los personajes, algo que no acaba de lograr. Pretende, sin conseguir del todo, imprimir una intensidad al relato que solo se materializa en la actuación de Cassel. Interpreta a un tipo leal a la organización para la que trabaja, pero que no duda en enfrentarse a ella para vengar la caída en desgracia de sus compañeros.
Un relato que, aun falto de garra en muchos momentos, se deja ver.